Saber iniciar

Gabriel Villalva Cassanello

Hay que marcar hitos, el ciclo del tiempo y de la historia, no están ahí solo para ser recordados o para señalar nuestro devenir, los años no solo suman tiempo, también y eso depende de nosotros, pueden sumar experiencia y en esa medida hacernos, cada vez, un poco más sabios.

Difícilmente nos negamos a las celebraciones, pero sí solemos consciente o inconscientemente negarnos a empezar de nuevo, tememos que eso implique perder y le tenemos tanto miedo a esta palabra, empezar de nuevo, volverlo a hacer… y nos preguntamos, ¿y el tiempo perdido? Una buena respuesta sería, el tiempo nunca se pierde, si sabemos extraer de él, el fruto maduro de sus enseñanzas.

Para saber iniciar, necesariamente debemos saber cerrar. Un ciclo se abre si antes tenemos el valor de cerrar otro, esto que parece tan simple en realidad no lo es, sobre todo cuando no queremos o sabemos dar a cada cosa un lugar, un tiempo.

Las tristezas y las alegrías tuvieron su tiempo y su lugar y debemos atesorar de ellas las enseñanzas que nos dejaron, de nada nos sirve cargar con nostalgias o resentimientos, ello genera peso, angustia, se forma a nuestro entorno una coraza que nos va restando movimiento y finalmente libertad. Liberarse del peso del pasado no es olvidarlo ni desconocerlo, es tomar lo esencial y despojarse de lo transitorio. Liberado de esta manera, es más fácil y natural el enfrentar la vida con expectativas, bien dispuesto para nuevos desafíos, con la mente clara y despejada, sin miedo al futuro.

Si ahora, iniciando el nuevo año, sientes que después de las celebraciones, sigues en lo mismo, es porque no has realizado el rito de la renovación, no se trata de cambiar desesperadamente de trabajo o de pareja, cambiando, corriendo de un sitio a otro, no se construye nada. Es mejor aprender a dar nuevos inicios.

Nueva Acrópolis Santo Domingo