Más delincuencia

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Mientras los asambleístas indolentemente se desmarcan de sus responsabilidades, viendo a un pueblo desangrarse por la imparable delincuencia, hoy, sin importar cuánto se necesita para operar con una policía y una fuerza militar en las calles, luchando para contener en algo al crimen organizado, no habiendo los medios suficientes para respaldar su accionar que la ciudadanía espera y protegerse de esta inusitada arremetida.

Hoy tratan de frenar el incremento del IVA, que en algo paliaría la angustiosa situación que el país atraviesa. No es de patriotas que lo hacen, sino para ganar votos de los insensatos en las próximas elecciones.

  Ya vislumbramos el tipo de discurso demagógico: “Pueblo ecuatoriano, desde la Asamblea Nacional hemos frenado que le metan la mano al bolsillo a ustedes, los insensatos”. Es consabido por todos lo que buscan los atrasa pueblo con estas acciones antipatriotas, no importando que la delincuencia se lleve al país en peso.

Hoy, los extorsionadores siguen aterrorizando al país: se meten con los profesores, taxistas, transportes masivos, camioneros, con los tenderos, los hogares, con los campesinos. ¿Qué esperan? Le cortan el dedo a un joven pidiendo rescate, secuestran a pescadores, con muertes y desaparecidos en alta mar. Por último, quieren frenar la buena gestión de la única mujer, la Fiscal General, que no ha cedido al temor, el chantaje y la amenaza de los narcos políticos, que quieren sacarla para tapar y dejar impune sus latrocinios.

 Hoy insistimos en que las penas deberían duplicarse en el caso de los que aterrorizan, violen y extorsionan. Más aún, endurecer las penas tres veces más para los que roban en los cargos públicos y que estén presos hasta que devuelvan al Estado lo robado. Igualmente para jueces y fiscales.

Estos asambleístas deberían estar proponiendo reformas al C.O.I.P. para incrementar las penas con urgencia y sacar por un buen tiempo de circulación a los facinerosos que están causando daño, terror y cuantiosas pérdidas en este país. 

Hasta que aprendamos a elegir a buenos asambleístas con sensibilidad humana y no volver a reciclar a los mismos, que Dios nos ampare.

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