El pasado 6 de noviembre se conmemoraron 14 años de provincialización de nuestra querida tierra Santo Domingo de los Tsáchilas. Para escribir este artículo conversé con varias personas de esta provincia a quienes les consulté ¿qué aspectos consideraban positivos en el transcurso de estos años? Y entre los resultados generales que obtuve, los que más se repitieron fueron: que no veían mayor avance, que falta mejorar las vías en la zona urbana y rural, así como el abastecimiento de servicios básicos, la contaminación de los ríos como un hecho permanente sin resolver por más de 30 años y que a nivel político seguimos sin tener una verdadera representatividad a nivel nacional, pesé de contar con 4 representantes en la Asamblea.
Ojo que la pregunta estuvo enfocada sólo en lo positivo, pero las respuestas se direccionaron a las realidades que las personas perciben y querían expresar. Situación válida, por lo que la expuse tal cual.
También hubo una visión interesante por parte de otro grupo, quienes manifestaron que las nuevas generaciones se están identificando como hijos de esta tierra, que se siente un avance en nuestro sentido de pertenencia. Lo comparto absolutamente ¿se han fijado que el término identidad se ha convertido en vocablo empleado con frecuencia en estos días? Ya no somos unos cuantos, hablando de la necesidad de fortalecer estos aspectos, ahora lo escuchamos en los discursos de políticos y en miembros de diversas organizaciones sociales.
Esto, sin duda es un logro, parte de la evolución que estamos viviendo. Para cumplir los objetivos de desarrollo, tener obras, representatividad, etc. Es fundamental construir conciencia de vinculación, donde todos los ciudadanos junto con las autoridades cooperemos en la defensa de lo que nos pertenece.