La ciclovía

Gonzalo Yépez Palma

Gonzalo Yépez Palma

En un afán de entregarle a Santo Domingo, y a quienes utilizan bicicleta, un espacio público donde poder circular sin mayor peligro, el alcalde Wilson Erazo tomó la decisión de implementar la ciclovía en varias calles y avenidas de la ciudad. El hecho ya tiene aproximadamente tres años.

En otras ciudades del país y del extranjero, las ciclovías cumplen el objeto para el cual fueron creadas; lamentablemente, en nuestra ciudad, la gran mayoría no han tenido igual suerte. Entonces, cabe un análisis: ¿Fue un mal proyecto? ¿Falta cultura ciudadana para utilizarlas? ¿Se merece una replanificación con estudio más técnico? ¿Deberían suspenderse?

En lo personal, soy un usuario de las ciclovías solo cuando voy de compras o a realizar gestiones urbanas. En el tema deportivo, prefiero no utilizarlas. Circular por las ciclovías, en su gran mayoría, es demasiado fastidioso y, hasta cierto punto, peligroso. Quienes las usamos nos encontramos con motocicletas, coches de ventas menores, vehículos estacionados con sus choferes al interior, personas conversando. Aparte de eso, en ciertos lugares tiene sedimento, basura, sumideros sin rejilla, etc. etc.

En cuanto al uso, se dan dos aspectos: por un lado, el abuso y la mala educación de la gente, que no considera al verdadero usuario; por otro lado, la falta de control de los agentes de tránsito y municipales, que ven las incorrecciones del uso y no hacen el mínimo interés por llamar la atención, advertir, peor sancionar (existe la ordenanza donde se estipula sanciones por mal uso de la ciclovía).

Pienso que las ciclovías no deben desaparecer; más bien, el Gobierno Municipal debe ser agresivo en campañas de educación para el buen uso, y que quienes tengan la facultad de su control, sean más persistentes en su responsabilidad. 

Hace falta más conciencia ciudadana y mejores sistemas de control.   

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