La caperucita roja

Rogelio Morales Cattani

Rogelio Morales Cattani

El cuento donde se narra que el “lobo feroz” disfrazado y cubierto con piel de borrego, trata (y al comienzo lo consigue) engañar a la Caperucita Roja (pueblo) no para comérsela, sino para robarle sus manzanas (recursos públicos) es muy conocido.

Existen varios símiles en Ecuador, donde nadie sabe (pero se imagina), como políticos (lobos con piel de oveja) viven sin trabajar y tratan de regresar para adueñarse del bosque (Estado), que está contaminado con la siembra, refinación y acopio de sustancias que están matando a sus habitantes.

El “lobo feroz” ya no se disfraza de la humilde viejita, ahora utiliza el disfraz de periodista, asambleísta, trolls, políticos de alquiler, abogados, fiscales y jueces inescrupulosos, líderes de empresas electorales (partidos políticos en extinción) que ya no tienen colmillos para comer, pero conservan la boca y lengua para lactar.

Las continuas sesiones de HIPNOPEDIA introducidas a través de sueños irreales, están tratando de destruir “el bosque” con todo lo que en él existe de vida, y con todos sus recursos naturales. La ambición, codicia y megalomanía no conocen límites, especialmente en mentes psicóticas. Vivimos rodeados y cercados por una manada de lobos pintarrajeados, descriteriados y cínicos, que creen ser dueños de la verdad y del bosque.

La misión de los honestos que habitan en él, es saber y poder identificarlos como lo que son: lobos con piel de oveja que solo tienen capacidad para obedecer a “la caperucita roja” que los ha enamorado y convencido que es la más guapa e inteligente, que además, está loca por volver a ser el centro de la atención …y del despilfarro.

La idea de Charles Perrault, (autor del cuento), es enviar un mensaje a los niños (y al pueblo), que nunca hay que desviarse del camino y confiar en aquellos que detrás de una sonrisa sarcástica, mordaz, cáustica e irónica, esconden intereses perversos.

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