Es importante que las y los ciudadanos identifiquen una ideología que carece de coherencia tanto lógica como existencial desde su origen, aquella que ha mentido a millones de personas y que la historia confirma que ha sido un total desastre en todos los ámbitos.
Es hora de unirnos y a la vez iniciar una transformación de raíz, en la que la población desafié a aquellos que ofrecen un supuesto “bienestar social”, una utopía que ha costado vidas, naciones y mucho sufrimiento a lo largo de la historia.
Llegó la hora de despertar en la realidad, en la cual el ciudadano que trabaja, produce y obtiene resultados debe dejar de ser visto como carne fresca para absorber el fruto de su esfuerzo en un robo en el cual los burócratas llaman “impuestos”.
Es momento que el dinero del trabajo de los ecuatorianos esté en los bolsillos de los ecuatorianos y no en manos de un par de políticos que impulsan obras con costos irreales, aquellos que no cumplen con su trabajo y que exclusivamente exigen autos de alta gama.
Es hora de que las personas se den cuenta, su familia sigue de pie gracias a su trabajo, esfuerzo y a sus proyectos, no a “subsidios”, deben comprender que no existe gratuidad en ninguna situación, siempre los ciudadanos trabajadores, emprendedores y empresarios termina pagando con su dinero lo que otros exigen como derechos.
Aquellos trabajadores, familias emprendedoras, grupos empresariales e inversionistas son los que contribuyen realmente al Ecuador, los únicos que crean bienestar y brindan empleo. Visionarios que al contrario de la mayoría de los políticos de siempre realmente contribuyen a generar un mejor Ecuador.