Igualdad de oportunidades

La capacidad de un individuo o un hogar para abandonar su estatus de pobreza, para escalar en la sociedad, independientemente de sus orígenes socioeconómicos, se denomina movilidad social. Entonces, dicho concepto puede ser un cambio de estatus socioeconómico respecto a sus padres (movilidad social intergeneracional), o un cambio dentro de la misma generación (movilidad social intrageneracional).

Otro concepto interesante que complementa a la movilidad social es el de la Curva del Gran Gatsby, que adquiere el nombre por la novela de 1925 escrita por Scott Fitzgerald, en dónde se muestra que una gran desigualdad de los ingresos, diferencia de ingresos entre ricos y pobres, está directamente relacionada con la inmovilidad social. Es decir, en países con mayores desigualdades los hijos de las familias más pobres tienen menores oportunidades para salir de su situación.

Según datos del Foro Económicos Mundial, El Ecuador, en el año 2020, ocupó el puesto 57 de 82 países en el mundo en el Índice de Movilidad Social, con una puntuación de 53.9 puntos sobre 100. Los primeros puestos lo ocupan los países de Europa, siendo 17 de los 20 primeros lugares, y, en concreto, los países escandinavos. Dinamarca, con una puntuación de 85.5, se ubica en el primer lugar. Entre las claves del éxito de estos países en ofrecer igualdad de oportunidades a todos sus individuos, el Foro Económico Mundial señala: el ofrecer sistemas educativos de alta calidad y equitativos, una serie de redes de seguridad social sólida, instituciones inclusivas, junto con oportunidades de empleo y buenas condiciones laborales. Así, resumen a este modelo económico como un capitalismo de las partes interesadas, en dónde se toma en cuenta el interés de todas las partes de la sociedad, y no solo de unas pocas privilegiadas que se benefician por un ecosistema de desigualdad más característico de una plutocracia, como es el caso del Ecuador.

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