Fracaso inevitable

Ruby Mena Melo

Ruby Mena Melo

¿Por qué a menudo no se alcanza el éxito? La sociedad de hoy en día tiene la obsesión por lo que es fácil y sin esfuerzo. La impaciencia es el motor que mueve a muchas personas a querer tenerlo todo sin pasar por un necesario proceso de crecimiento. Cuántas veces esa ansiada meta sin etapas intermedias lleva irremediablemente al fracaso.

La cultura contemporánea ha producido una mentalidad impaciente. La era de la tecnología y las redes sociales ha hecho que la inmediatez sea una prioridad. Queremos todo y lo queremos rápido. La necesidad de riqueza, del prestigio y del estatus nos ha hecho ignorar el patrón de progreso.

Se origina al esperar que las cosas sucedan a nuestro ritmo o de acuerdo con nuestros deseos. Puede describirse como una suerte de desesperación que surge cuando lo que queremos no se materializa cómo, cuándo y de la manera que deseamos. Es similar a la conocida expresión que advierte que madrugar mucho no garantiza un amanecer más temprano.

La impaciencia constituye un atributo humano que incide en el comportamiento de las personas y en los procesos de toma de decisiones, dando lugar a la adicción y la procrastinación. Puede ser caracterizada como una propensión a favorecer recompensas inmediatas en lugar de aquellas que se demoran en el tiempo.

La lucha por el éxito instantáneo ha vuelto el viaje de desarrollo personal y profesional un viaje que nosotros queremos que sea lo más corto posible, si no prácticamente invisible.

Desestimar el proceso de crecimiento implica perder de vista valiosas lecciones y experiencias que son esenciales para el desarrollo integral. El camino está repleto de desafíos y aprendizajes que solo pueden ser asimilados mediante la paciencia y la dedicación. Cada fracaso, cada obstáculo superado, representa una oportunidad para aprender y fortalecerse, preparándonos para enfrentar retos aún más grandes en el futuro.

[email protected]