Tomar la maleta, ir al destino, disfrutar y descansar sin preocuparse por “factores extras”, ¿es lo que anhelas?. En nuestro Ecuador, viajar económico y vivir algo “diferente” es posible.
La evolución de la actividad turística entre las tendencias low cost y turismo de lujo es la predominante a la hora de seleccionar una próxima escapada. La búsqueda de algo único y personalizado hace que la demanda turística apremie con la calidad de los servicios, pero sobre todo con su originalidad al momento de generar expectativa de compra.
El plus de exclusividad radica en la personalización de la experiencia donde se prima la calidad por la cantidad, el no conseguirlo tan fácil o que sea irrepetible desde un principio se vuelve llamativo. Ahora bien, teniendo presente que por lo influyente del Covid-19 el turismo de masas deja de tomar fuerza, toda actividad turística futura debe contener garantías mínimas de seguridad en salud.
El conflicto ahora es, ¿Cuál es el costo que debo asumir para garantizar un viaje diferente?. Económicamente, debo cancelar valores específicos por concebir un tipo de turismo exclusivo a diferencia de cualquier actividad estandarizada donde se busca el ahorro máximo. No obstante, la experiencia exclusiva trae consigo nuevas modalidades de practicar turismo, me refiero a la conciencia ambiental, cuidado de los recursos, protección de la vida silvestre y supervaloración de los atractivos. Todo ello con la finalidad de preservar la existencia de los mismos.
El público consciente acrecienta a pasos agigantados, y el entorno lo necesita, experimentar la sustentabilidad también refiere a exclusividad, siendo el objetivo meta lograr la sinergia entre la oferta y la demanda.
Como siempre finalizo consultándote ¿te interesa aportar al planeta? ¿te consideras un turista responsable?, el llamado a seleccionar y estudiar tu próxima experiencia queda abierto. No olvides desconectar un artefacto en desuso.