Espantapájaros

Henry Basurto Jimbo

Henry Basurto Jimbo

El crimen organizado en el Ecuador, poco a poco vuelve a ocupar las primeras páginas de los medios de comunicación. Los frutos de la guerra contra el terrorismo, en cierta forma se agradece, sin embargo, no ha sido contundente. Me refiero a que las principales urbes del país aún no logran levantar cabeza respecto de este mal que, si ni este gobierno puede erradicarlo, poco o nada en un futuro se podrá hacer algo. Es decir, que parece ser que nos tendremos que acostumbrar a este mal.

Como en la pandemia que hace unos años la sufrimos, fuimos obligados a vivir una nueva normalidad, así parece ser que poco a poco tendremos que hacer de nuestra realidad una verdad irrefutable, esto es que el crimen está ganando y estamos enviando a apagar el incendio a espantapájaros. Es duro ver que quienes han venido administrando justicia han tenido rabo de paja respecto de sus actuaciones judiciales, en las que el derecho ha quedado en el olvido.

No me sorprendería para nada que en los próximos días más personalidades aparezcan como los principales protagonistas de escándalos internacionales de corrupción, pues en este país lo que parece imposible se hace posible y lo inimaginable se convierte en realidad. Al puro estilo de un truco de magia se sacan de la manga sus más sucios secretos, para esconder otros y que su reputación no quede tan manchada.

En el argot popular es bien sabido que quien puede quemarse no es al primero al que se le envía para apagar las llamas, pues al enviar a estos inexpertos, el fuego puede alcanzarlos y terminar en cenizas conjuntamente con el fuego. Sin embargo, a pesar de que aquellos que aún tienen esqueletos en el armario y un buen rabo de paja son los primero en vestirse de bomberos, quiero ser optimista y espero puedan hacer algo, caso contrario, la hoguera bárbara los alcanzará y el fuego que los consuma va a ser tan grande como su ruina.

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