El legado de Florence

Yveth Romero Padilla

En mayo de 2020, se cumplieron 200 años del nacimiento de ‘La Dama de la Lámpara’, apelativo que habla de Florence Nightingale, primera enfermera moderna. Florence fue educada muy bien para su época (siglo 19) y, a diferencia de la mayoría de mujeres, se negó a casarse y dedicarse a una familia.  

Al regresar de un viaje por Grecia y Egipto visitó el hospital luterano de Kaiserswerth, en Alemania, conoció el trabajo de las diaconisas, y decidió volver allí para aprender. Señaló que el objetivo de la enfermería era poner al paciente en las mejores condiciones para que la naturaleza actúe sobre él. Gran diplomática, logró que la mandaran al frente de un grupo de 38 enfermeras a la guerra de Crimea y fue entonces que la prensa como “The Times”, creó su leyenda como ‘La Dama de la Lámpara’, pues caminaba por la noche, por el hospital británico en Scutari, cuidando de heridos y enfermos.

Su legado nos deja conceptos claros sobre salud pública, ella cambió los hospitales militares, consiguió ropa de cama para los soldados que permanecían sucios y heridos; asignó claramente las zonas de lavandería, desinfección, vertedero, mejoró la ventilación de salas y la alimentación de los enfermos.

Sus trabajos en estadística permitieron medir la mortalidad, así notaron que los soldados morían más por infecciones y epidemias que por heridas de guerra.

En 1860 abrió una escuela para formación de enfermeras en el hospital Saint Thomas, a ella se le debe el primer código de ética de la profesión y la mejora de la enfermería a domicilio. Su libro ‘Notas sobre Enfermería’ es considerado el primer plan de estudios sobre enfermería. El legado de esta ‘Dama’, fue muy amplio, no solo en la ciencia, también como ejemplo de virtudes femeninas de cuidado, protección, diplomacia y educación.

 

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