Orlando Amores Terán
El enemigo de la libertad, de la familia, de la independencia nacional, del Estado-nación, de la democracia, es el narcoterrorismo, autodenominado socialismo del s.XXI, que a lo largo y ancho de América, ha instaurado narco-Estados plurinacionales, para someter a la población a leyes diseñadas para favorecer el delito, proteger a los criminales y anteponer los DDHH de delincuentes y terroristas, al interés general de la sociedad.
Hoy, además, el narcoterrorismo se ha convertido en peón del globaltotalitarismo, impulsa la agenda 2030, el abortismo, la homosexualidad, la pedofilia, la zoofilia. Una de sus conspicuas representantes, es Mariela Castro Espín, la hija de Raúl Castro. De ése modo se aseguran que los mandatarios vinculados al globaltotalitarismo, desvíen su mirada ante sus narcodictaduras y fechorías.
Si no identificamos con exactitud a nuestro enemigo, no sabremos cómo combatirlo, porque desconocemos cómo se estructura, el modo en que actúa y en dónde está enquistado.
Debemos entender que es el narco-Estado, la estructura que protege al narcoterrorismo; por tanto, lo que hay que desbaratar, es el narco-Estado.
El incremento de la violencia, de la inseguridad, de la impunidad, del extravío social, de las aberraciones jurídicas, del tráfico de personas, armas, dinero y narcóticos, son consecuencia de la estructura corruptora, permisiva, del narco-Estado, que tenemos la obligación de desarmar, para defender la familia, la libertad, el Estado-nación, la democracia.
No es combatiendo las consecuencias, como se elimina la causa; sino, destruyendo la causa, que es el narco-Estado, para controlar y neutralizar las consecuencias que provoca esa perversa estructura constitucional narco-comunista.