Colibrí

Diana Luzuriaga

Diana Luzuriaga Vera

La semana pasada mi hija me preguntó ¿qué pasa con nuestro país, está muy peligroso por la delincuencia y los efectos tan fuertes del invierno, tenemos que irnos? Le dije te voy a contar una corta fábula: “Un día en el bosque se desató un incendio. Los animales, incluso los más fuertes, huían despavoridos, cuando de repente vieron a un pequeño colibrí volar en dirección a las llamas. Asombrados, le preguntaron la razón y la pequeña ave respondió que llevaba toda el agua que podía cargar, una gota, para intentar sofocar ese infierno. Algunos lo tildaron de loco. Otros se burlaron. Todos le dijeron “pero infeliz, ¿crees que tu esfuerzo servirá de algo?” El colibrí respondió “no lo sé, tal vez no, pero yo voy a hacer mi parte”.

Más allá de la moraleja que se explica por sí sola. Comparto este relato, porque si bien es verdad que estamos viviendo momentos muy difíciles como sociedad, también es cierto que no debemos caer en la desesperación, siempre hay algo que podemos hacer. La historia tiene una razón, y es que este pequeño animalito, no es solo una de las aves más bellas que existen, sino también de los más inteligentes y nos conviene aprender de ellos. 

El colibrí sabe cómo adaptarse a las situaciones para sobrevivir, a lo largo de su evolución lo ha demostrado. La cruda realidad que atravesamos los ecuatorianos demanda adquirir esa habilidad. Por muy indefensos o pequeños que nos lleguemos a sentir ante los problemas, afrontemos los cambios negativos en nuestra vida, actuando con inteligencia, organicémonos en nuestros hogares, barrios, lugares de trabajo, etc. Exijamos de las autoridades la parte que les corresponde. Fomentemos la cultura de prevención en todos los aspectos, generemos círculos de confianza y ayuda para articular acciones inmediatas ante una emergencia, sumemos esfuerzos contra la delincuencia. Sólo unidos y solidarios tendremos la ventaja que necesitamos ¡Nos tocará vencer los días más difíciles, para ganar días mejores!

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