Las bandas delincuenciales pretenden convertir las cárceles en un territorio de disputa del poder, ya que los enfrentamientos se producen debido la lucha por “ostentar dicho poder”, en los centros carcelarios ecuatorianos operan varias bandas delictivas y cada una de ellas busca hacerse del máximo poder de las cárceles se cree que esto está ligado al narcotráfico mexicano.
Los Choneros, Los Lobos y Los Lagartos, entre otras bandas, no sólo se disputan el liderazgo de la cárcel, de las investigaciones realizadas se cree que las bandas ecuatorianas, luchan por el control de la “autopista de la cocaína” hacia Estados Unidos, considerando la cárcel de Guayaquil como la más problemática, ya que ahí está la principal ruta y el punto de partida: el Golfo de Guayaquil y el Puerto de Guayaquil», ha pasado aproximadamente un mes del a masacre de septiembre, un estado de excepción declarado por el gobierno nacional, cambio de autoridades, varios diagnósticos de la problemática; sin embargo vuelve a ocurrir la lucha dentro de los centros carcelarios.
Es evidente que en las cárceles la corrupción se encuentra enraizada, ya que en estos lugares opera un sistema de corrupto construido en una relación entre funcionarios e internos, es un secreto a voces que las bandas manejan un círculo, en el que está la Policía Nacional, pero también círculos que involucran a los guías penitenciarios y a los mismos administradores de estos centros amenazados por las mega bandas.
Acaso las autoridades han perdido el control de la situación, tal vez el caos que existe, se encuentra ligado a grupos de poderes que no permiten que la problemática mejore manteniéndola solo en el diagnóstico, sin que hasta la fecha exista un plan de acción claro a seguir que permita obtener resultados a corto plazo, cuantas personas más tienen que morir? para que las autoridades dejen de diagnosticar los problemas e implementen soluciones efectivas que generen un cambio radical en lo que actualmente está pasando en las cárceles del país.