Boycott

Rogelio Morales Cattani

Charles B. Boycott, era el administrador de las propiedades y tierras que tenía el Conde Erne en la Irlanda de 1880.

Frente a los constantes abusos, indelicadezas y prepotencia de Boycott, llegó un momento que los pobres arrendatarios de esas tierras, se negaron a trabajar para él, no le compraban ni vendían nada, no le llevaban el correo, hasta que se vio obligado a abandonar Irlanda, de ahí el término “boicotear”. En próximas entregas, les averiguaré de dónde viene el término “nebotciar cuotas de poder” en Ecuador.

Acá el posible “boicot”, “boicoteo”, o el “nebotciar”, lo tratan de ejecutar “tres chiflados” o “tres tristes tigres que tragan y se atragantan”, que poco les importa que el país y el mundo estén en crisis económica y sanitaria a consecuencia de la pandemia, o que la patria haya sido saqueada por otro de los “tigres nebotciadores”, sin que el restante y “su combo” jamás hayan dicho “esta boca es mía” durante catorce años, pero ahora, soterradamente buscan inmunidad e impunidad para seguir actuando como si fuesen los dueños del país.
A nadie en su “sano juicio” se le puede ocurrir que paralizar un país es un logro social y que “boicotear” o “nebotciar” sean sinónimos de progreso. Ventajosamente estos tres tigres de diferentes razas e ideología, se mantienen “pegados solo con babas”.

A la par, el gobierno enfrenta otro tipo de “boicot”, probablemente más peligroso y ladino, que se realiza desde su interior, donde ministerios como salud, educación y energía, sigan plagados de gente acostumbrada a servir a un amo y no a la nación, burócratas ramplones, kikuyos perniciosos que incumplen las disposiciones del ejecutivo, que ordena, pero no manda.

El pueblo demanda gente nueva, honesta, libre de esa contaminación perniciosa que causó tanto daño, resulta incomprensiblemente ver a los mismos funcionarios ahora reciclados. Lo más seguro es que el pueblo sancionará en las próximas elecciones a “los tres tristes tigres que están acostumbrados a tragar y atragantarse” y a quienes desobedecieron el mandato popular que exigía un cambio.

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