Han transcurrido cien días del nuevo gobierno, y con ellos se viene la primera evaluación a su gestión, considerando que en este corto plazo el mismo ya podría conocer a profundidad la situación administrativa-financiera del país que recibe y, en función de ello, aplicar los cambios necesarios.
Es importante recalcar que estos cien días han sido diferentes a las transiciones anteriores ya que el gobierno ha enfrentado una crisis mundial con la pandemia y un deterioro brutal de la economía, un sistema de salud en caos y dos regímenes anteriores llenos de actos de corrupción.
Lo que amerita que para hacer un balance justo se debe considerar la situación calamitosa en la que el Estado recibió la Contraloría y el sistema de salud, uno de los motivos por los que en urnas, se eligió un modelo distinto.
El actual gobierno no debe olvidar la herencia nefasta que ha dejado la corrupción a nuestro país, ya que el índice de percepción de la corrupción determinado por transparencia internacional una organización no gubernamental que promueve medidas anticorrupción, para el Ecuador fue 39/100; siendo que 0 equivale a muy corrupto y 100 a muy transparente.
Es importante que en estos cien días de un mandato que recién empieza y que ha logrado posicionarse con causas que son de todos: la lucha contra la corrupción, la equidad, la salud y el progreso, continúe con el reto que tiene por delante que será sostener el respaldo ciudadano y no soltar la convicción que ha mantenido hasta ahora, los primeros pasos que debería considerar es tener normas legales actualizadas y organizadas, y tomar en cuenta que más leyes no significan menos crímenes, pero la normativa que tiene el Ecuador es urgente que se concrete, reforme y modernice, el gobierno actual no debe olvidarse de promover una ley para proteger al denunciante y garantizar que no pierda su cargo o sea perseguido.
La lucha contra la corrupción es misión de todos, no solo del gobierno ya que la corrupción es un cáncer que ha ido destruyendo poco a poco a nuestro país.