Ambato en los próximos 10 años

NICOLÁS MERIZALDE
Nicolás Merizalde

En nuestra provincia, los datos del último censo reflejan en mucho la radiografía nacional, con la feliz excepción de ciertas cifras en las que parecemos mantener una ventaja. Así sucede con la cobertura de servicios básicos, especialmente el acceso al servicio eléctrico en un 99% o el 97% de acceso al líquido vital. El reto de los tungurahuenses está en mejorar la calidad de nuestros servicios y disminuir la brecha todavía palpable entre el sector urbano y la ruralidad. Esperemos que las cifras que dentro de diez años arroje el siguiente censo, confirmen que estuvimos a la altura.

En el salón de la ciudad se dieron a conocer los resultados que confirman un crecimiento paulatino de nuestra población, el inicio de un cambio demográfico que no sólo afecta a la composición de los hogares sino también al uso del suelo. La edad promedio de nuestra ciudad ronda los 31 años, hay más ambateños viviendo solos que hace diez años y el 64% es propietario de sus domicilios. No obstante, esos indicadores demuestran que la ciudad empieza su crecimiento vertical, el mercado inmobiliario local se transformará en esta década y la población económicamente activa que hoy engrosa el consumo en servicios y entretenimiento seremos un inmenso puñado de adultos mayores con dificultades para cobrar su pensión y demandaremos acceso a salud y a una ciudad más transitable y ordenada.

También nuestra provincia tiene rostro de mujer y creció el número de hogares que reconocen en ellas a la cabeza de hogar. Un cambio importante que también es hijo del drama de la migración, fenómeno que trastoca la zona agrícola.

Muchas cosas están cambiando y las autoridades, presentes en aquel acto, son las responsables de prevenir los problemas que los datos anuncian. Sería una irresponsabilidad inmensa, tener las cifras y actuar contra ellas.