Iván Paredes
La democracia en nuestro país nos obliga a escoger una persona para que nos represente y asuma competencias delicadas y de vital importancia para todos, eso deja la puerta abierta para cualquier oportunista, vivaracho e incapaz, se postule y llegue a ocupar el espacio público, sin más, ni más. Los inconscientes dirán “la culpa es del pueblo”, pero no se comiden en llegar al mínimo del análisis crítico, que es, comprender que los votantes no tiene mayor opción para escoger o exigir que se candidaticen ciudadanos que demuestren un real compromiso con el país mismo, que debe ser plenamente verificado, tanto en su acciones personales, profesionales y sociales, con altos valores de moral y ética; y, como esto no sucede cualquier improvisado llega a ocupar cargos tan delicados que se convierten en presa fácil para el brazo maléfico de la corrupción; entonces, la desilusión y el resentimiento hacia la ciencia política surge, haciendo que el desinterés se expanda en la sociedad, lo cual, es aprovechado por esos malos ciudadanos.
Conocer que se ha extendido la protección y seguridad para el futuro expresidente, mediante Decreto No. 906, con fecha 7 de noviembre del 2023, así como al futuro exvicepresidente, y sus respectivas cónyuges, por un tiempo de dos años y un año, respectivamente, mismo que será, tanto, dentro del territorio ecuatoriano como fuera de él, y que podrán alargarse de acuerdo a Informe de la Casa Militar Presidencial. A pesar que, se dijo que la protección no la iban ampliar para familiares y que iba ser únicamente dentro del Ecuador, se miente y no se cumple con la palabra expuesta.
Cerca de 30 viajes al exterior, un país que se queda sin dinero, sin siquiera, para pagar sueldos, ahora tendremos que costear la protección y seguridad de personas que podrán estar en las mejores playas del mundo porque, el desembolso deberá salir de las arcas del Estado.