Yaku Pérez: ¿la segunda será la vencida?

Ugo Stornaiolo

Con estudio jurídico en la Calle Larga, de Cuenca, Carlos Pérez Guartambel era un abogado que defendía a los más humildes. Luego se embanderó con la causa del agua y las luchas populares. En 2013 fue electo como presidente de Ecuarunari, una de las organizaciones de la Conaie y en 2018 se cambió el nombre por Yaku -agua- Sacha.

Su imagen fue visible en protestas contra el expresidente Correa. En 2015 fue detenido en el centro de Quito y agredido por las fuerzas del orden junto con el exasambleísta Salvador Quishpe. También fue detenida su pareja, la franco brasileña Manuela Picq. Mientras intentaba demostrar que su matrimonio fue celebrado legalmente en ceremonias ancestrales, a Picq le revocaron la visa y la expulsaron del país.

Sorpresivamente, en 2019, ganó la prefectura de Azuay. Dos años después, tras un paso intrascendente por el cargo (acusado por su viceprefecta de dejar en desorden las finanzas del gobierno provincial), se lanzó como candidato a la presidencia en 2021, obteniendo un inesperado tercer lugar, tras su polémica disputa con Guillermo Lasso para terciar en la segunda vuelta frente al correísta Arauz. Pérez reclamó fraude, aunque logró una histórica presencia de asambleístas de Pachakutik en la legislatura.

Tras las elecciones, Yaku Pérez dejó Pachakutik, en pleno pleito con Leonidas Iza (quien había apoyado abiertamente a Arauz). Su actual mentor es Gustavo Larrea (promotor de Rafael Correa). Se candidatiza por la alianza Claro que se puede, integrada por el Partido Socialista, Unidad Popular y Democracia Sí. Este cuencano de 54 años intenta, por segunda vez en menos de tres años, llegar a Carondelet.

Pérez fundó su propio movimiento, llamado Somos Agua, aún no reconocido por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Tardíamente, a su coalición se ha sumado Pachakutik, víctima de sus conflictos internos y sin candidatos para estas elecciones. Pérez propone la creación de una corte penal latinoamericana para juzgar al crimen organizado y una reforma a la Constitución.

Aclara que con las bases de Pachakutik siempre hubo una relación muy fluida y agrega que “con los que tuve esta decepción fue con criterios personalistas de algunos asambleístas”. Es más, agrega, “no quiero lavarme las manos. Ofrezco disculpas a los ecuatorianos por haber invitado a votar por unos asambleístas que violaron la constitución y la ley». Aclara que él no escogió a los legisladores, sino que lo hicieron las directivas provinciales de Pachakutik. A la segunda ¿será la vencida?