¿Y el próximo domingo?

Manuel Castro M.

La ‘muerte cruzada’ es inédita en el Ecuador. La vida, la lucha, la muerte siempre están presentes. Hay hechos que se parecen y nos pueden llevar a conclusiones —o soluciones— similares. Hasta puede ayudar un caso de ficción tomado de la vida real: de un  matador de toros bravos, Luis Procuna. La realidad muchas veces copia a la ficción.

Una olvidada y vieja película ‘Torero’ ha sido considerada la obra maestra de los filmes de toros. Su síntesis y parecidos: Luis Procuna, famoso ‘mataor’ regresaba al ruedo; tal vez Lasso a la Asamblea Nacional. Procuna había estado retirado —sin hacer nada de su profesión— (tal vez dirigir un banco, Lasso),  luego de una gravísima cogida.  Lasso después de un enjuiciamiento político que le tuvo al borde de la destitución o muerte. Alternaba Procuna con dos héroes de la tauromaquia: Arruza y Alonzo. Lasso alternaba con Correa, Nebot e Iza. A Procuna le toco un mal toro —gobernar, a Lasso— y tuvo una actuación tan mala que fue multado. El ruedo lleno de almohadillas (forma de rechazo) y el aire cargado de insultos.

Procuna pidió el favor de regalar un toro (el torero tiene derecho a torear un séptimo toro, siempre que lo compre él. Lasso tiene el derecho a disponer la ‘Muerte Cruzada’). Salió un toro alto, negro, valiente, pues la muerte es sorpresiva y se disfraza galana aunque sea muy constitucional. ‘Polvorito’, así se llamaba el toro, aunque podía llamarse Esteban o Mireya, mató uno de los caballos y derribó a otro picador (a Guacharnaco, tal vez el ‘Mal Pagao’).  Procuna efectuó unos faroles perfectos (el gobierno fue puro farol). El torero se había ganado al público (la Corte Constitucional). Al final con una estocada limpia y segura, coronó la tarde con rabo y orejas (se fue el toro y a Lasso le quedó el derecho a dictar leyes económicas urgentes). Los ‘mataores’ fueron llevados en hombros, el uno hasta su casa el otro transitoriamente a Carondelet.

Fue una tarde del mayor fracaso y del mayor triunfo.  Procuna y Lasso vencedores del miedo y a la vez vencidos por el miedo. El último pensamiento de Procuna es: “pero… ¿y el próximo domingo?”. También podría ser para Lasso el 20 de agosto de 2023.