Wellington Toapanta
Mientras el Ecuador no cesa su dinámica, pese a los acechos del crimen organizado transnacional, el periodista profesional lo hace armado de ética en convulsionados espacios políticos, económicos, sociales, para registrar, elaborar y difundir hechos y opiniones de interés general, materia prima sustantiva para que la sociedad analice y determine su bienestar.
El periodista celebra 87 años de institucionalización del Día del Periodista. El 5 de enero “es una de las fechas clásicas de mayor recordación en los Anales de la República Ecuatoriana (…), conmemorativa de la aparición del primer periódico ‘Primicias de la Cultura de Quito’, fundado por el Precursor de nuestra Independencia, Dr. Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo”, resalta el decreto del 23 de diciembre de 1937.
‘Primicias’, quincenario, circuló, por primera vez, el 5 de enero de 1792 en la Audiencia de Quito como ‘manantial precioso de educación, de gusto y de cultura’, repleto de ‘materias tratadas con método, estilo claro y conocimiento de ellas mismas’, que Espejo solemnizó, resaltando que ‘La prensa es el depósito del tesoro intelectual’.
Es tesoro, por digna de estimación; intelectual, porque su esencia es la investigación, los estudios, la reflexión, la crítica; transmite información y opinión ordenada y comprensiva sobre las más complejas situaciones de interés general.
El periodismo es la profesión más bella y peligrosa del mundo, pero sustantivamente honorable. Trabaja la información como bien social, no como mercancía; el periodista no discute verdades con adictos a la mentira, es ético e inspector de su propio trabajo.
El periodista profesional no precisa firmar acuerdo social público alguno, su compromiso con la sociedad es tácito, ético e intenso, porque si los poderes económicos, sociales y políticos pretenden sesgar u ocultar información de incidencia general, realiza investigaciones para aflorar verdades.
“Si nos niegan la amplitud de noticias (…), nos conceden ingenio, sagacidad, talentos y aptitud…”, legó Espejo en la ‘Instrucción Previa a Primicias de la Cultura de Quito’ hace 233 años al periodista profesional, antipático para todo transgresor. Loor a Espejo. Loor al Día del Periodista.