Vacío existencial

Rodrigo Contero Peñafiel

Es aquella sensación que tienen las personas en determinados momentos de su vida y que es parte de la condición humana inherente a sus experiencias. Cuando la gente no encuentra sentido a la vida se siente alienada y se deprime. El aburrimiento, el pesimismo y la apatía les hace pensar que la vida no tiene sentido. Entran en un estado de tedio, pierden la tranquilidad, permitiendo que cualquier momento de alegría y felicidad quede en el olvido.

La neurosis del fin de semana no es más que la depresión que desespera a muchas personas que, al terminar sus actividades diarias, se encuentran con una intimidad vacía y sin ninguna esperanza, lo que los lleva a vagar sin rumbo y a realizar actividades descontroladas que, muchas veces, incluyen el consumo de alcohol o cualquier tipo de drogas que provocan descontrol en sus emociones. Este mecanismo psicopatológico se da en adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos que no se preocupan por superar sus problemas y ocupar el tiempo libre en actividades productivas.

Es importante tener en cuenta que, en determinadas situaciones, las personas sienten un vacío existencial: especialmente cuando tienen problemas familiares, laborales, escolares, sociales, cambian de residencia o sufren la muerte de algún familiar, amigo o conocido que deja un vacío en sus vidas, que no consiguen llenarlo con ninguna motivación o sentimiento.

Para luchar contra este vacío pueden desarrollarse otras actividades, aunque factores externos como los altos niveles de agresividad, acoso o la imparable delincuencia impidan disfrutar momentos de distracción con su familia o amistades. Es necesario, por tanto, buscar nuevos objetivos en la vida que renueven su manera de pensar y ayuden a superar la realidad existente. Realizar todo aquello que sea de su agrado, reflexionar sobre lo bueno y positivo que tiene la vida familiar y social; no compararse con otras personas es fundamental para el desarrollo personal. Si no es posible generar nuevas formas de convivencia, será necesario buscar ayuda profesional, sin ningún temor ni vergüenza. Psiquiatras y psicólogos están capacitados para encontrar el origen del problema y plantear soluciones.