El desafío del movimiento indígena: rescatar su lucha pacífica

Sofía Cordero Ponce

Leonidas Iza es precandidato a la Presidencia. En uno de sus recientes discursos, destacó la importancia de “construir la gran unidad dejando nuestras parcelas de poder”, y convocó a los poderes locales y territoriales a unirse “en un solo proyecto político que transforme el Ecuador”. No dejó de señalar a la “burguesía” como la peor enemiga, la que divide a los pueblos y estigmatiza la lucha social: “Ahora la burguesía ha instalado un discurso de los terroristas, los vandálicos”, afirmó.

En 2006, durante la campaña electoral para la Presidencia, Luis Macas reiteró la importancia de las marchas y levantamientos indígenas: “Venimos desde los páramos, y venimos desde la selva, y desde las playas caminando porque queremos forjar un Ecuador distinto”. Esas largas travesías eran actos heroicos cargados de significado; en los largos caminos recorridos se generaba la articulación y el encuentro entre los pueblos indígenas de distintas regiones y con otros pobladores. Macas hablaba no solo para los indígenas, sino para los pobres en general: “Venimos desde la pobreza, venimos desde abajo, venimos desde la comuna, desde los barrios pobres”.

Muchos años separan estas dos candidaturas que surgen de la militancia del movimiento indígena. Pertenecen a diferentes generaciones, provienen de distintas regiones y les marcan experiencias de vida únicas. Para Luis Macas el valor del levantamiento reside en su potencial dignificador, su capacidad de articular con múltiples sectores y su naturaleza pacífica. Leonidas Iza en cambio, en octubre de 2019 y en junio de 2022, destruyó la memoria y el simbolismo de la lucha indígena y la reemplazó con violencia y acciones que se parecen más a las del terrorismo y los grupos de crimen organizado. El desafío para el movimiento indígena es muy grande. Depende de sus miembros rescatar la memoria de Luis Macas y tantos dirigentes hombres y mujeres que luchan por un país distinto y en paz.