Sentimientos contradictorios

Rodrigo Contero Peñafiel

En los debates polarizados los sentimientos contradictorios muestran un conflicto dentro de las personas que no les impide ver sus propios errores. Esto sucede, principalmente, cuando un conflicto se arrastra durante mucho tiempo y nunca se llegó a pensar en la manera de cómo solucionarlo. Hay un momento en el que se debe meditar, tomar varios ejemplos a la vez, ponerse en la posición de la otra persona y tomar una decisión.

El bienestar de todos es el mejor ejemplo para encontrar un escenario real. El desinterés que se demuestra en mejorar las condiciones de vida de la gente, la inoperancia y la falta de armonía en los grupos sociales y políticos, impide que se pueda vivir con franqueza y con la tranquilidad que aspiramos todos los ecuatorianos. Cuando no se quiere perder el control de la situación que es favorable para los intereses de ciertas personas o de grupos identificados, estos se vuelven más vulnerables.

Cuando mayor es la distancia entre adversarios, más difícil se hace inventar explicaciones que les alejan de la realidad y más difícil establecer diálogos de entendimiento para solucionar los problemas. Si los desacuerdos son profundos por asuntos ideológicos o políticos, es mejor manifestarlo desde el inicio del debate, para defender principios o tesis que permitan mantener respeto en el diálogo y evitar confrontaciones innecesarias que llevan a sobreponer posiciones personales o de intereses oscuros.

En las conversaciones tensas hay que saber mantener la tranquilidad. Una cosa es fiscalizar y otra politiquear. La complejidad de los problemas de la sociedad se ha convertido en una realidad incómoda que impide comprender y avanzar para llegar a acuerdos. La tensión entre dos o más pensamientos o creencias generan conflictos, respecto a la necesidad de coherencia que debe tener todo ser humano entre lo que siente, piensa y hace; es decir, entre creencias, pensamientos y conductas. Cuando alguien se ve obligado a dar el voto o realizar tareas contrarias a lo que piensa, es cuando aparece la disonancia cognitiva; es decir, la tensión interna del sistema de ideas, creencias y emociones en conflicto que llevan al fracaso.