‘Rescatando al soldado Kaviedes’

Salvatore Foti

La aprehensión de Jaime Iván Kaviedes en Tena pone en debate muchos puntos que deben ser analizados y sobre los cuales vale la pena reflexionar como sociedad. Al exfutbolista se le arrestó supuestamente por estar en estado etílico y resistirse al arresto, pero echarle gas pimienta a un hombre esposado y, por ende, neutralizado, fue un acto irresponsable que lo podía afectar gravemente. Aquí se evidencia la total falta de preparación de nuestra Policía, quienes, cuando se trata de enfrentar a peligrosos delincuentes armados no sacan ni siquiera la pistola, pero cuando tienen a un ciudadano que supuestamente es culpable de delitos menores, exageran en el uso de la fuerza. En fin, a los delincuentes se les respeta e incluso se les cuida, pero a Kaviedes que le caiga todo el peso de la ley y del abuso.

En la misma línea, analicemos también el hecho de que a los sicarios y secuestradores se les protege la identidad y no se publican sus fotos ni sus nombres para preservar su ‘honra’, pero de Kaviedes se publica todo, desde su nombre completo hasta fotos y videos, con cierto grado de morbosidad. Así que a Kaviedes, una vez más, le cae encima todo el peso de ser quien es, olvidándose de quién fue.

Este señor le dio a Ecuador la primera clasificación a un mundial, logró jugar en otros países y fue, en su momento, uno de los mejores futbolistas que hayamos tenido. Ahora, lamentablemente, está atravesando por un mal período del cual también es víctima, y el Estado debería preocuparse más por las adicciones que afectan a los ciudadanos y por los malos momentos que viven muchos exdeportistas debido a la falta de apoyo y seguimiento oportuno por parte de las autoridades. El país necesita políticas serias en tema de adicciones.

Lo único que hizo Kaviedes fue ser víctima del alcohol y de una mala gestión de la emergencia por parte de los policías, pues tenemos problemas más grandes y delincuentes de verdad que siguen libres y campantes por las calles. Kaviedes no debe ser visto como un problema, sino más bien como una oportunidad para que todos reflexionemos sobre la necesidad de capacitar a nuestra Policía, promover políticas de lucha contra la adicción y, sobre todo, reconocer que siempre nos olvidamos de quienes han hecho mucho por Ecuador.