La mediocridad en los apagones

Iván Paredes V.

Después del gusto sigue el susto. Así es, luego de un largo y relajante feriado que mucha falta hacía para alejarse un poco de los males políticos que, diariamente nos agobian y alteran nuestro estado emocional, para que continúen los fastidiosos apagones que retroceden la productividad, el trabajo, cambia el estado emocional del ciudadano, en fin… se descompone el proceso organizativo del país que, con ello involucionamos en todos los contextos por la falta de compromiso de funcionarios públicos ante el Ecuador. Como siempre hay justificación para todo, y la culpa es de ‘Manuelito’ escuchamos un sinnúmero de pretextos para lavarse las manos como Poncio Pilatos, sin aceptar los crasos errores que nos toca ‘pagar’ a todos; es decir, la mediocridad queda demostrada al limitarnos uno de los principales servicios básicos plenamente garantizados en nuestra Constitución y en instrumentos internacionales, cuando se señala que ‘las personas tienen derecho a disponer de bienes y servicios de óptima calidad…’

Indicar que la electricidad no alcanza para cubrir la demanda, por el crecimiento del bienestar de los hogares, se convierte en argumento poco confiable, por cuanto, no se realizó los 16 proyectos ofrecidos; es más, no se ha revisado el Plan Maestro de Electrificación que está vigente desde 2018, donde se muestra que la demanda de electrificación subirá entre el 6 y 7% anual, pero que el último mes subió al 12%, dejándonos entrever que poco o nada se hizo para evitar este mal que actualmente nos aqueja.

Se hace menester que se cumpla con los deberes primordiales del Estado como lo dictamina la Carta Magna, en lo particular, al servicio de energía eléctrica, dejando de lado las anomalías causadas, es el momento de reivindicarse y entregar a la población el uso y goce de la luz necesaria para su diaria convivencia.