Ecuador y la falsa realidad

Salvatore Foti

Dicen los expertos que el lenguaje se origina en el poder y configura la realidad. Si respetamos este paradigma, podemos concluir que en Ecuador el lenguaje proviene desde Carondelet y además es respaldado por muchos medios, otra fuente de poder, para contarnos juntos que el país está muy bien y que el gobierno goza de mucha popularidad.

La realidad, según el ejecutivo, es que Noboa está luchando contra la delincuencia y estaría ganando, puesto que van más de 10.000 apresados por parte  de las FF.AA., que incluso lograron retomar el control de las cárceles.

Además, el mismo lenguaje que nos han impuesto desde el poder y cuidadosamente confeccionado para el consumo de los jóvenes, pretende crear la realidad de que este grupo etario ya tiene más empleo y oportunidades, 50.000 nuevos puestos de trabajo según las fuentes oficiales.

Sin embargo, esta realidad solo es percibida por una parte de la población, subestimando, según yo, a aquellos ciudadanos que hoy en día simplemente siguen viviendo la luna de miel con el actual gobierno y que no necesariamente le van a creer para siempre. Así que, si es cierto que el presidente tiene gran aceptación, también habría que ver qué opinan los ciudadanos del actual momento que vive el país, y esto ya es otro cuento, pues los problemas en el país siguen porque se sigue asesinando, secuestrando y vacunando a muchas personas, y el nivel de violencia e inseguridad en el país sigue siendo uno de los más altos de la región.

Por otro lado, la salud pública tiene tremendos problemas y mientras a los grandes evasores de deudas se les perdonaron los intereses, al país entero nos van a clavar el 15% del IVA, lo que inevitablemente afectará aún más la economía nacional y la buena imagen del mandatario.

Y si esto fuera poco, el presidente se sigue concentrado en una consulta que además de ser inútil lo expone demasiado, puesto que en un mes la gente podría darse cuenta de que el lenguaje empleado desde el poder no corresponde a la realidad y que precarizar el trabajo hará vulnerable a la mayor parte de la población, incluidos aquellos jóvenes que son los que más lo sostienen.

Me parece que ha llegado el momento de pedir seriamente al presidente que explique la línea política y social que sigue, a dónde vamos y cuáles son sus objetivos, además de su reelección, que parece ser su única prioridad. A otros también los electores se la han cobrado justo en las consultas, y de perseverar con tanta superficialidad y procrastinación en la política pública, a lo mejor Noboa podría ser la próxima víctima de su propia vanidad.