Salvatore Foti
En su reciente convención nacional, el movimiento oficialista ‘Creo’ aseguró, por palabras del mismo presidente de la República, Guillermo Lasso, que se van dejándonos un mejor país. Según el movimiento, a Lasso le faltó comunicación nada más.
Más allá del hecho de que la comunicación del presidente, en su inicio, fue bastante buena y logró posicionar muy bien la campaña de vacunación; se les olvida al presidente y a todo el movimiento que la comunicación es la punta de lanza de toda una gestión, y lo que le faltó al mandatario fue justamente gestión.
Lasso fue un cero a la izquierda en todo sentido, incluido el comunicacional, pues no tiene identidad, no tiene mensaje y es el peor mensajero con el que un equipo comunicacional puede lidiar. Es de derecha pero subió impuestos; matan a la gente y vivimos la peor ola de inseguridad, pero él se preocupa del «asesinato de su honor»; pone un radar y se lo bajan a los dos días, dice una cosa y hace otra.
A Lasso ya nadie le cree por méritos propios; no hay nada que comunicar porque nada se ha hecho, a excepción de un libro sobre los 900 días de dolor que le ha causado al país. Debe haberse dedicado a escribir una página por día, y por eso que no ha podido trabajar en nada más.
En fin, como decía el gran maestro Ralph Murphine, en política las cosas que no se ven y no se hacen no se las puede contar, y aquí lo único que vemos y contamos es cómo el país está en las manos del narcotráfico y de las bandas criminales. Decir que este gobierno nos deja un mejor país es la más grande demostración de cinismo y falta de conexión con el pueblo que se pueda tener.
Este gobierno debería pedir disculpas por todos sus desaciertos y el grado de ineficiencia y prostitución a intereses extranjeros. Debería pedir perdón por los muertos, secuestrados y ‘vacunados’ que hay en el país y para todos aquellos enfermos que no cuentan con el apoyo estatal que por derecho deberían tener.
Este gobierno tiene responsabilidades políticas y tal vez legales por las cuales debería responder. Tiene, además, sobre todo la responsabilidad de haber propiciado, por negligencia o complicidad, apagones e incrementos de inseguridad que desencadenaron buenos negociados a todo nivel.
Así que, por lo menos, yo a Lasso no le CREO.