Actitud positiva

Rodrigo Contero Peñafiel

Si alguien ha tenido un familiar, amigo o conocido que supo luchar contra un pronóstico sombrío y salió adelante por su actitud positiva y un tratamiento oportuno, sabe del valor de la vida al haber experimentado que la salud y las etapas de la vida son también estados mentales. Quien disfruta de su familia y del tiempo que nos queda en este mundo con capacidad, talento y compromiso hace que su calidad de vida mejore.

La influencia positiva de la mente sobre el cuerpo proporciona bienestar. Generalmente, el sentirse bien física y emocionalmente es una decisión de cada persona y deben practicarla todos los días; la costumbre de quejarse por todo y el capricho de hacer lo que se viene en gana debe quedar atrás. La vida hay que tomarla con sus retos. El egoísmo, la negatividad y la falta de horizonte u optimismo destruye más vidas humanas que cualquier enfermedad física o desastre natural.

Los sentimientos y pensamientos negativos afectan las funciones metabólicas, hormonales e inmunitarias de cualquier persona y conduce a tomar decisiones equivocadas. El país está saturado de individuos negativos que solo piensan en destruir la mente de sus congéneres con amenazas, malas decisiones, y un ‘yo’ abultado de malas pasiones y acciones rencorosas que buscan ocultar un pasado sombrío y malvado. Creen que su función en la tierra es mejor que la de Jesucristo. Individuos sin valores ni principios que todos, absolutamente todos deberíamos borrar de nuestra mente y no prestarnos para darles ninguna importancia.

Muchas veces las emociones suelen controlarnos más de lo que nosotros a ellas. Radica ahí la importancia de no solo disfrutar de buena salud, sino también tener un equilibrio emocional que nos permita ser honestos con nosotros mismos, controlar nuestros impulsos y emociones, entender la raíz de los problemas afectivos para llegar a la razón de su origen, enfrentarlos y encontrar la solución, en lugar de tomarlos como camisa de fuerza que impide vivir con dignidad.

Si los problemas persisten, no hay que tener temor ni vergüenza para solicitar ayuda profesional en el campo médico, psicológico y social para encontrar la salida.