Rodrigo Borja

Eduardo F. Naranjo C.

En la historia política ecuatoriana es preciso mencionar al expresidente Rodrigo Borja, ejemplo de gobernante en democracia, enrumbó al país hacia un mayor equilibrio social, fundó el partido Izquierda Democrática con el objetivo de cambiar la vieja política de ‘trincas’, que los poderes fácticos venían manipulando por años sin solucionar los problemas sociales y económicos del país, demostró ser un político de convicción, de inquebrantable actitud en todas sus acciones.

Rememoro a este ilustre mandatario que fue mi profesor de Derecho Constitucional en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central, con quien tuvimos algunos debates inter-clases, ilustrado y claro maestro al que recordamos afectuosamente pese al tiempo transcurrido.

Dejó su huella como estadista, supo manejar la oleada conservadora que no aceptaba  ningún cambio, Sin embargo, logró alcanzar muchos de los objetivos que se propuso en beneficio social.

Buscó fortalecer al sector petrolero como industria nacional, convirtió a CEPE en  una empresa con mejor organización empresarial, creó Petroecuador para dar autonomía de gestión a los hidrocarburos y creó la ley respectiva. Lamentablemente la propuesta de la socialdemocracia, que mostraba buen rostro en Europa, perdió impulso y giró dejando al lado ideas utópicas para buscar soluciones posibles exigiendo y protegiendo los derechos de los ciudadanos.

El Gobierno del presidente Borja fue bueno, independientemente de los errores que pudieron darse. Lamentablemente el partido gestado por él, que tenía fundamentos ideológicos, se desvaneció, convirtiéndose en algo similar al resto, peor aún hoy con los tales ‘movimientos’, de oportunismo sin ideario alguno.

Hoy que está aún presente este líder, mi reconocimiento a su gran esfuerzo y convicción. Ojalá pudiéramos a futuro lograr nuevos enfoques como el de este político impecablemente ético.