Quito en desamparo

Eduardo F. Naranjo C.

Ecuador y su capital afrontan riesgos de todo orden por ausencia de dirigentes que logren soluciones a los numerosos y continuos problemas que nuestra sociedad soporta.

El Alcalde saliente ‘inaugura’ el Metro en condiciones inaceptables. A esto se suma una serie de acciones poco claras, denunciadas por una concejala en una emisora, en las que puntualizó la improvisación e incapacidad sistémica de la administración municipal.

La ciudadanía pensante considera que si no  elegimos a personas preparadas y honestas para dirigir el país y las urbes, estaremos dirigiendo la proa del barco al abismo del caos y al olvido de la historia. Lamentablemente, la mentalidad promedio por educación deficiente y el TikTok no alcanza para mucho, de ahí que cualquiera se apodera de las instancias del poder.

Quito es un desastre en movilidad, Guarderas dice que hizo obras y muestra la ‘repavimentación’ que, según él, es un aporte, cuando las calles de alta circulación se bloquean por semanas, sin rótulos preventivos que ofrezcan alternativas, lo que causa grandes trancones. Vías cerradas meses pese a ser arterias claves; un caso de ello es el tramo de cien metros de la avenida El Inca, entre 10 de Agosto y la Prensa. Lo mismo sucede en numerosos puntos. Este proceso de parches y ‘repavimentación’ son caóticos y pretenden dar imagen de eficiencia pero los hechos demuestran lo contrario. Somos permanentemente engañados y a riesgo de empeorar.

Ir al casco colonial en auto es un suplicio; media hora detenidos en dos cuadras de la  Benalcázar, entre Manabí y Chile, y luego parqueadero lleno. Si tuviéramos un Metro funcionando y esa área de la ciudad fuese peatonal, el paisaje sería diferente. Quienes se meten a políticos, a más de honrados, deben saber actuar con información suficiente y solvencia de gestión; entonces tendríamos otra ciudad y otro país, pero las cosas parecen perdidas. Lamento el pesimismo, pero tengo esperanza.