Problemas sin solución

Franklin Barriga López

Es alarmante la situación que atraviesa el país en diferentes áreas; parece agravarse con cada día que pasa.

La inseguridad que ronda por todo lado es realidad latente, que se evidencia, entre otras pruebas, en la imparable ola de asesinatos, asaltos, secuestros extorsivos, crímenes en las propias cárceles donde se supone existe estricta vigilancia y no contubernio con la delincuencia, ataques a retenes de la Policía, en medio de un clima de  intranquilidad intensa.

Estados amigos advierten a sus connacionales que llegan a nuestros territorios abstenerse de visitar varias provincias. Guayaquil y Esmeraldas constan en una lista de las ciudades más peligrosas del planeta. Según cifras de carácter  oficial, en 2022 hubo 4.603 homicidios, lo que significa un promedio diario de 10,4. En el primer trimestre del año en curso, 1.356 muertes revelan que en el Ecuador la violencia se incrementa considerablemente, si se relaciona estas cifras con el mismo lapso del año precedente.

El momento que escribo este artículo, Agustín Intriago, alcalde de Manta, pereció acribillado; nuevos crímenes se han producido en la Penitenciaría del Litoral, al igual que en Guayaquil y Durán, al mismo tiempo que agentes penitenciarios han sido retenidos en cárceles de Guayas, Azuay, Cañar, Cotopaxi y El Oro, en motines de los reclusos. En Guayaquil y Esmeraldas, escenas que estremecen, que van llegando al terrorismo, ratifican la crisis de seguridad que nos circunda.

Son numerosos los casos de personas sin empleo adecuado o en total desempleo, que buscan desesperadamente emigrar en busca de los  horizontes que aquí no encuentran. En lo que concierne a salud, igualmente el panorama es desconcertante.

En este orden, se puede ir enunciando otros problemas sin solución que deben merecer trato prioritario por quienes resulten electos en los cercanos comicios.