Primarias

Italo Sotomayor Medina

Como casi todas las semanas, el paisito no decepciona. ¿Cuál es la última? Facilito, las elecciones primarias de los partidos y movimientos políticos para definir quiénes participarán en las seccionales del 2023. Seguro, al igual que yo, usted también se pregunta que tienen de “primarias” estos procesos de “democracia interna”, cuando bien sabemos que no pasa de ser una pantomima dirigida por los caciques partidistas, que ya tienen decididos, según sus cálculos electorales, los nombres de aquellos que irán en la papeleta. Sin embargo, más allá del teatro político, las pancartas y los aplausos, no deja de ser un requisito del CNE para garantizar, según dicen, la participación paritaria de mujeres, hombres y jóvenes en el proceso electoral venidero.

La papeleta que se está dibujando, trae más de lo mismo y una miscelánea de personajes. Por un lado, los que quieren quedarse en sus cargos, al entender, según sus números y encuestas, que la ciudadanía está lista para volver a validarlos. Por otro, los que regresan del encierro tras estar lejos de la palestra política y que pretenden, jugando con la memoria y emociones de los electores, que le vuelvan a dar su confianza. Por otro, están los que dejaron sus partidos o movimientos, resentidos por no ocupar los espacios que creen merecidos y que encuentran espacios en tarimas menos laureadas. Y, finalmente, están los que no son políticos, ni estadistas, pero por su “trabajada” imagen en radio, televisión o redes sociales, son convencidos de participar por el afecto que, nos guste o no, crean en el pueblo. De los integrantes de estos cuatro grupos, ¿a cuáles elegirá usted?

Ya unos, aunque no hemos iniciado la campaña, empiezan a mostrarse como son: oportunistas, incongruentes, irresponsables, antidemocráticos y hasta misóginos. Estas características, nos demuestran la persistente involución de los partidos y porqué la gente cada vez cree menos en sus estructuras y formalidades. Aunque tienen todo para colocar candidatos cultos, honestos, trabajadores y con sinergia con la ciudadanía, siguen apostando por figuras que poco o nada pueden aportar en el debate social. ¿Será que alguien todavía les “come el cuento”?

 Aquí tenemos una nueva oportunidad para direccionar el futuro de nuestras cantones y provincias. Si ya sabemos que desde Carondelet todo es bastante flojo, al menos elijamos a un grupo de candidatos que desde lo local, puedan asegurarnos y darnos mayor garantía de encender la productividad económica que nos está haciendo falta por el descalabro interno. Ya la papeleta está trazada, pero el futuro de nuestras decisiones, todavía no. Veremos.

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