Peligro inminente

carlos-freile-columnista-diario-la-hora

Las acciones y las palabras de los dirigentes del paro de junio evidencian la intención de convertir al Ecuador en un país socialista, a la manera de Cuba: con dictadura sin término y hambre constante. Dichos líderes siguen las consabidas normas revolucionarias. Espiguemos algunas. “(Los comunistas) proclaman abiertamente que sus objetivos solo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente” (Marx-Engels). “La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el Socialismo solamente puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente” (Renovación, órgano de la Federación de la Juventudes Socialistas de España, 1934). “Esta es una hora en que no es posible escuchar música, porque la música da ganas de acariciar la cabeza de los niños,  mientras ha llegado el momento de cortársela” (Lenin, citado por M.Gorki). “Todas las guerras contrarrevolucionarias son injustas; todas las guerras revolucionarias son justas” (Mao Ze Dong). “En la sociedad clasista, las revoluciones y las guerras revolucionarias son inevitables; sin ellas es imposible avanzar en el desarrollo de la sociedad, de derribar la clase reaccionaria dominante y permitir al pueblo tomar el poder” (Id.).”Dar tres pasos adelante, si el enemigo reacciona, retroceder dos, habremos ganado uno” (Id.).

No nos engañemos, la táctica empleada por los subversivos y sus tropas conduce inexorablemente a la revolución violenta y a la toma del poder. Desde octubre 2019 han logrado constantes victorias, con la correspondiente derrota de la democracia. Hoy día, siguen ganando espacios y arrinconando al estado de derecho, basta observar con ojo crítico el desarrollo del “diálogo”: no existe tal diálogo, se trata de una rendición a plazos; con actores lúcidos y ciegos, con cómplices y colaboradores; con la mayoría de la población ausente, trágicamente ausente. Nuestros hijos nos maldecirán.