Metástasis y purga

Paco Moncayo Gallegos

La ejemplar fiscal general del Ecuador, Diana Salazar ha calificado como una ‘metástasis’ la red de crimen organizado que, desde las altas esferas de la política, ha contaminado a gran parte de la función Judicial, partidos y movimientos políticos, organismos de control, elementos de las fuerzas del orden, instituciones financieras, determinados medios de comunicación, redes sociales, e, inclusive, a ciertos clubes deportivos.

Metástasis significa: diseminación de células cancerosas, desde el lugar donde se formó el tumor hacia otras partes del cuerpo. Aplicado el sentido de la palabra a la descomposición moral que sufre gran parte del aparato del Estado ecuatoriano, es obvio que el tumor original radica en el sistema político y que de allí se ha diseminado a las demás instituciones públicas y privadas; por lo tanto, si no se sanea a la dirigencia política, la corrupción continuará imparable.

Y no es que los políticos no hayan buscado controlar jueces y contralores, antes del infausto triunfo electoral del neofascismo que ha devaluado y degradado términos respetables como fueron ‘progresismo’ o ‘socialismo’ convirtiéndolos en sinónimo de corrupción e impunidad. Pero, el contexto de entonces era diferente, pues no existía la presencia del crimen organizado transnacional y su interés de formular alianzas entre los poderes nacionales y empresas delictuales.

Por otra parte, existieron antes democracias con división de funciones, con pesos y contrapesos que aseguraban mutuos controles. Hubo también verdaderos estadistas que jamás intentaron tener un contralor complaciente o cómplices en la judicatura. Esto terminó cuando el Poder Ejecutivo, con vergonzosas triquiñuelas, se apoderó de todas las funciones del Estado a través de concursos amañados de los cuales salieron nominados los actores de los infames hechos de corrupción que denunció Fernando Villavicencio a costa de su vida y Diana Salazar está desenmascarando.

La palabra ‘purga’, por otra parte, también proviene de la práctica médica y significa liberar al cuerpo de sustancias nocivas, limpiar, purificar; a la vez que sancionar, expiar y pagar; esto es, que los crímenes horrendos de la narcopolítica no puedan quedar impunes.