Identidad de género y participación

Pablo Granja

En términos simples, la fertilización entre dos cromosomas X determina el sexo femenino, y la que ocurre entre cromosomas X y Y determina el sexo masculino. Desde el punto de vista de la genética, pueden ocurrir trastornos en niños que nacen con cromosomas Y o X de más y que pueden presentar genitales ambiguos o, en la adolescencia, caracteres sexuales relacionados con la orientación sexual. En estos casos se aplicaba un tratamiento multidisciplinario que incluía pediatras, psicólogos, genetistas y cirujanos plásticos. Los tratamientos se proponían para que el paciente se incorpore al medio sin estigmas, traumas o complejos. Por tanto, la homosexualidad o el hermafroditismo eran considerados como una manifestación de la naturaleza y no como una forzada construcción cultural como se quiere instalar actualmente en la educación y en la sociedad. La Asociación Norteamericana de Psiquiatría recientemente eliminó la homosexualidad de la lista de trastornos mentales y en 2018 la OMS eliminó a las personas trans de la lista de trastornos de la personalidad y el comportamiento.

Es indudable que niños y jóvenes homosexuales han sido víctimas de agresiones y discriminaciones en escuelas y colegios, lo que debe ser corregido con una educación adecuada, mas no con un adoctrinamiento grotesco y falaz que agrede la inocencia de la niñez, que debe ser respetada, o de la adolescencia, que debe ser guiada. Jóvenes sin criterio formado han sido inducidos a amputarse el miembro reproductivo por decir que se sienten mujeres, pero luego caen en profundas depresiones porque llegan a la conclusión de que se trataba de confusiones emocionales pasajeras, ocasionando transformaciones físicas irreversibles, que en algunos casos los conduce hasta el suicidio, o al asesinato de los cirujanos plásticos responsables de haber propiciado estos tratamientos hormonales y preparación psicológica o sociológica.

Para superar la discriminación de los colectivos LGBTI+, varios países han implementado leyes que la criminalizan, pero se está llegando a extremos como sancionar a personas que supuestamente no dan el trato debido en consideración a la identidad de género.

En Canadá, recientemente se conoció el caso de un hombre que dijo sentirse mujer -aunque se mantiene con la anatomía con la que nació- y que presentó15 demandas judiciales por discriminación a los salones de belleza que se negaron a depilarle al descubrir que mantiene sus atributos intactos. En los Estados Unidos se ha desatado una fuerte polémica por que el presidente Biden pretende autorizar que varones con su inocultable morfología intervengan en competencias deportivas de mujeres, apelando a la identidad de género.

Otro intento de reforzar la presencia de los grupos LGTBI+, es la utilización del lenguaje inclusivo”, con el que nos quieren convencer que el sustituir las letras “a” y “o” por la “e”, es parte del respeto que se les debe a las identidades de género que siguen aumentando y que ya superan las 110. Desde lo anecdótico, cabe referirse a las discusiones que se han dado en algunas universidades y otras entidades públicas, como consecuencia de un problema logístico que luce intrascendente, pero que no lo es: las instalaciones de los sanitarios fueron diseñadas y construidas para atender a hombres y mujeres; sin embargo, la presión por aceptar “lo inclusivo” hace necesaria una reorganización de las baterías sanitarias para incorporar una tercera alternativa para “elles” que puedan atender a “todes”, pero mientras esto se decide e implementa están “autorizades” a seguir utilizando las instalaciones para hombres o mujeres indistintamente. Aparte de estos privilegios, hay disposiciones legales que les otorgan ventajas a estos colectivos que reclaman medidas compensatorias frente a la discriminación; para lograrlo cuentan con asistencia y apoyos políticos y económicos, públicos y privados, extremadamente poderosos.

* Nota de la Redacción: El decreto ejecutivo del presidente de EE.UU., Joe Biden, al que hace referencia este artículo, instruye contra la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género, y refuerza la ley federal que prohíbe la discriminación en las escuelas financiadas con fondos federales.

El decreto exige que todos los estudiantes, incluidos los estudiantes transgénero, puedan aprender sin sufrir discriminación sexual y permite que las mujeres transgénero competan en equipos femeninos; pero se refiere únicamente a los “deportes escolares”.

En noviembre de 2015, el Comité Olímpico Internacional aprobó que quienes realicen la transición de mujer a hombre puedan competir en deportes masculinos sin restricciones, siempre que pasen una prueba hormonal, como todo el resto de atletas para determinada competencia.