Entre lo notorio y lo notable

Pablo Granja

El Diccionario Hispánico Universal define ‘notorio’ como: “público y sabido de todos”; mientras que ‘notable’, tiene varias acepciones: “Digno de nota, reparo, atención o cuidado. // Grande y excesivo en su línea. // Personas principales de una localidad o en una colectividad”. La  ‘Notabilidad’, se refiere a “las personas notables por sus buenas cualidades”. También está la ‘notoriedad’, relacionada a la fama, que se presta a interpretaciones distorsionadas. Por ejemplo: existen funcionarios públicos que se vuelven notorios por tener una exposición pública exagerada o cuestionada buscando notoriedad a cualquier costo por creerse dignos de notabilidad. Cuando hay carencia de buenas cualidades el resultado suele ser desastroso.

En la Asamblea cesada por la ‘muerte cruzada’, su presidente tenía una actitud  notoria por su doblez; recordemos que durante el último paro indígena se ofreció como mediador entre los conspiradores y el gobierno, aunque en la tarde del mismo día se reunió con los jefes de las bancadas de oposición para trazar la estrategia de destitución del presidente Lasso. Afortunadamente su ambición de reemplazarlo no prosperó. Y hasta ahí le llegaron sus delirios, porque al postularse para la próxima Asamblea ni sus coterráneos valoraron sus esfuerzos.

Otro ‘notorio’, digno de atención y cuidado es el Dr. Wilman Terán. Desde el momento de su designación dejó ver sus aires de grandeza e histrionismo exagerados. Sus frases ampulosas y gestos estudiados lo convirtieron, de la noche a la mañana, en un personaje llamativo, aunque desagradable por su naturaleza conflictiva, arrogante y arbitraria. Tanto que el mismo presidente de la Corte Constitucional, al retirarle la confianza dijo que su nombramiento fue una decisión del Pleno y como resultado de dos ternas rechazadas previamente. A pesar de haber llegado hasta él por descarte, sí cabe preguntar: ¿no había otro, uno que no actúe de manera tan desafiante con la comunidad jurídica y ciudadana, al punto de tratar de imponer dos decisiones reñidas con la ética, convocando a reuniones del Pleno a la madrugada y a la medianoche para tratar asuntos trascendentes, uno de los cuales requería revisar un expediente de unas mil hojas que había sido compartido con los demás magistrados apenas un par de horas antes? En los dos casos proclamó la aprobación con una minoría de dos de los cinco votos; y, como si esto fuera poco, en una de las votaciones uno de los dos magistrados estaba ebrio. La cereza de este pastel de bilis es que acaba de prorrogar en sus funciones hasta el 2030 a siete jueces, en medio de un proceso de renovación que está en curso.

Al percibir la naturaleza particular de alguien, solemos decir que “de lejos parece, pero de cerca no cabe duda”. Así ocurre con el presidente del CPCCS, que habiendo sido abogado del Eco. Correa hizo campaña utilizando la simbología del partido, algo legalmente prohibido, aunque la notoria Sra. Atamaint sostenga que no podía hacer nada al respecto. Otra evidencia que lo identifica con el Eco. Correa es la forma como califica a sus opositores en las ruedas de prensa: “..estos enanos mentales..”; “..tenemos que parar de hacer famosos a la gente idiota..”; “…algún canino de estos pseudo candidatos…”; “..porque ya veremos a algunos de estos estafadores de mente ratonil..”…. Dejando en claro que “Dios les cría y el diablo les junta”.

Conclusión: hay gente que se esfuerza por desprestigiar a las instituciones creyendo que se prestigian ellos, ¡confundiendo lo que es desenvolverse entre lo notorio y lo notable!

Pablo Granja

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