¡Ojo al piojo!

Pablo Granja

Esta es una manera coloquial y popular para alertar sobre algún acontecimiento que amenaza con ocurrir. En este caso la amenaza empieza en diciembre de 2004, cuando Venezuela y Cuba conformaron la Alianza Bolivariana para las Américas —ALBA—, a la que luego se incorporaron Bolivia, Nicaragua y el Ecuador de la Revolución Ciudadana. Sus objetivos eran: “la ampliación de las capacidades productivas de los pueblos amenazados en su autonomía por el poder de las transnacionales que conducen al deterioro de las condiciones de empleo, de la producción y el comercio internacional”. ¡Así de ampulosos eran! También constaba crear una estructura económica que satisfaga las necesidades mutuas y autónomas; tal fue la intención del difunto H. Chávez y el vivo R. Correa, que colocaron la primera piedra del fiasco descomunal que resultó la Refinería del Pacífico. Como sabemos, el deterioro extremo al que han llevado los gobiernos a sus países, así como los proyectos fracasados nunca es culpa de ellos, siempre es de otros.

Para ser un instrumento de integración y soberanía crearon el Banco del Sur en 2007, con un capital inicial de 7.000 millones de dólares, con miras a eliminar la dependencia del dólar en las transacciones y en las condiciones del endeudamiento externo. Como mecanismo de pago crearon el Sistema Unitario de Compensación Regional —SUCRE—, en el que intervenían los bancos centrales que facilitarían las transferencias sin generar pérdidas por el tipo de cambio y reducir las tasas y comisiones. Quienes más utilizaron el SUCRE fueron Ecuador y Venezuela, en un 83.84% de las transacciones totales. Pero el sistema abrió un feroz boquete por donde fluía el  dinero estafado al Estado venezolano en complicidad con entidades ecuatorianas. El ejemplo más relevante del fraude fue el programa de construcción de viviendas que el difunto Chávez firmó con el presidente Santos, otro vivo, cuyo desarrollo fue encargado a las empresas de Alex Saab con contratos por 654 millones de dólares; los paneles prefabricados serían exportados desde las empresas de Saab constituidas en Guayaquil; la novedad fue que las Aduanas del Ecuador registraron apenas 13 millones de dólares y en Venezuela 160. Descubierto el fraude se acabó el festín de estas y otras empresas que reportaban exportaciones que nunca se hicieron.

Desatendiendo los resultados del pasado, Brasil y Argentina ya firmaron un comunicado conjunto para revivir el Banco del Sur, recurriendo a la misma retórica: los fondos provendrían de las reservas internacionales y de los saldos comerciales de los países que se integren, y se destinarán a financiar proyectos con préstamos no anclados al dólar, para lo cual se crearía una moneda latinoamericana a la que llamarían ‘SUR’. Obviamente, Maduro ya se pronunció alentado por su asesor económico, el Eco. Rivera, el mismo que fue ministro de Finanzas del Eco. Correa, quien también ya declaró que sugerir que Venezuela se acoja a la dolarización sería una traición, agregando que una inflación del 40% es ‘manejable’, o sea una 10 veces mayor a la que tenemos en la actualidad. El reaparecido Andrés Arauz — que se anda ‘palanqueando’ la Presidencia pero ‘no le interesa la candidatura’– también dice que quiere conducir el Ecuador hacia el ‘modelo venezolano’ ¡Sobresaliente aporte a su larga colección de insensateces!

Estando en período electoral hay que recordar que Yaku, la posible candidata del correísmo – que obedece lo que le dice el jefe – y ni se diga L. Iza, son enemigos declarados de la dolarización, a pesar de que el 90% de la población la respalda. Por esto hay que estar con el ¡ojo al piojo!

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