Narconovelas, escuelas del delito

Rosalía Arteaga Serrano

Hace algún tiempo alerté a la ciudadanía ecuatoriana sobre el daño que estaban causando las narconovelas en la sociedad ecuatoriana, especialmente en las mentes de niños, adolescentes y jóvenes, quienes son más susceptibles de ser influenciados por lo que les traen los medios audiovisuales.

Buena parte de estos productos son realizados por empresas de Colombia, México e inclusive Estados Unidos, y tienen que ver con la reproducción de las vidas de los principales narcotraficantes, así como recreaciones del ambiente que viven quienes se dedican a delinquir y amasan grandes fortunas que gustan de exhibir.

Esas telenovelas y películas que se refieren al mundo de los carteles del narcotráfico aparecen como súper producciones que encandilan a los jóvenes de nuestros países, y les muestran un mundo de lujo, de poder, de violencia, que resulta tentador sobre todo para quienes no ven un futuro promisorio en su delante.

En dichas producciones, se describen y se escenifican con lujo de detalles, los más truculentos episodios, los crímenes más espantosos, el uso de armas de gran poder, la inexistencia de valores, lo que deja un saldo de ‘enseñanzas’ nocivas para quienes permanecen a la expectativa de este tipo de experiencias.

Así, al interior de sus casas, los más jóvenes se van acostumbrando a considerar a la violencia como algo normal, inclusive deseable, y esto, unido a otras causas, dan como resultado el clima de espantosa violencia que ha empezado a adueñarse del país.

No se trata de atentar contra las libertades, lo que se trata es de concienciar a los dueños de los medios de comunicación, pero también a los anunciantes, sobre el daño que las narconovelas le hacen a la sociedad y de actuar en consecuencia.