¡Más fascista serás vos!

Pablo Granja

En Europa, especialmente en España, es recurrente escuchar las acusaciones de ‘fascista’, para descalificar a cualquiera que se pronuncie en contra del populismo de izquierda. Aunque de manera aislada, ya se empieza a oír lo mismo por estos lares. Por eso, es conveniente repasar algunos hechos históricos y conceptos. Luego de la Primera Guerra Mundial, Benito Mussolini funda el Partido Nacional Fascista, que conforma una Milicia Voluntaria para perseguir a huelguistas y fuerzas de izquierda simpatizantes de la instalación de un gobierno comunista como el de Rusia. Se presentaba como la tercera vía entre la izquierda y derecha, aunque sus métodos eran la intimidación, el secuestro y el asesinato. Entre sus fines estaban el establecer un régimen de partido único y totalitario, con un gobierno radical, violento, militarista, antiparlamentario, antiliberal que exalte el nacionalismo y la raza; pero además:

  • Proclamarse herederos de un pasado más digno por el cual se lucha.
  • Mantener amedrentada a la población, sumado a la supresión del derecho a huelga, la anulación de la libertad de prensa, la disolución de partidos políticos, sindicatos y gremios.
  • Imposición de un Estado que rinda culto al líder y su permanencia indefinida en el poder.

Esta represión brutal que el fascismo italiano emprendió, replicados por el nazismo y el franquismo, es lo que le identifica con la extrema derecha. Pero, ¿existe un fascismo de izquierda? ¡Por supuesto que sí! Solamente basta con mencionar a los más grandes genocidas de la historia, como son Mao y Stalin, en ese orden, que demuestran que los extremos se unen, y en este caso como el anverso y el reverso de una misma moneda de dos caras.

“Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra El estado”. Consigna de B. Mussolini que bien puede identificar a los gobiernos marxista y neocomunistas como es el socialismo del siglo XXI, que establecen —o buscan hacerlo— regímenes de partido único, suprimen las libertades de pensamiento y expresión; reprimen de manera violenta a los opositores, utilizando los mismos métodos de amedrentamiento, secuestro, persecución y asesinato de opositores.

Castro, Chávez, Correa, Morales, Maduro, Ortega, etc., ¿cuáles de estos no han establecido gobiernos intransigentes, totalitarios, dictatoriales, sanguinarios; o no han suprimido el derecho a la huelga y debilitado a los partidos, a los sindicatos obreros y gremios empresariales? ¿Cuáles de estos no implementaron estados de propaganda para crear un culto a su personalidad?

Como utilizan el lenguaje y los conceptos y los distorsionan para engañar y convencer, además de ser amparados por un puñado de ‘vendepatrias’ que le otorgaron amnistía a sus excesos y crímenes, con tono de intocable apareció L. Iza para amenazar al Gobierno con una nueva movilización, haciendo uso del ‘derecho democrático a la protesta’, léase ‘a destruir la propiedad pública y privada’. ¿Desde cuándo se habrá convertido en demócrata quien en su libro ‘Estallido’, literalmente sostiene que: “…el orden democrático es una ficción jurídica en la que no tiene cabida el diálogo mientras exista desigualdad. La solución, inevitablemente violenta, es la destrucción del orden y su sustitución por el ´comunismo indoamericano´…”? Por eso, cuando cualquiera de estos  —o sus seguidores, adoctrinados, beneficiarios, cómplices o encubridores—  pretendan tratarnos de fascistas a quienes creemos en la democracia, el respeto a la propiedad, la paz, el orden y la libertad, hay que responderles: “¡Más fascista serás vos!”.

Pablo Granja
[email protected]