¿Por qué leer es importante?

Martín Riofrío Cordero

Con los avances tecnológicos, a menudo se escucha hablar sobre la necesidad de un cambio en la manera en que aprenden los niños. Se habla del uso de tablets, de pantallas recreativas, o de la utilidad que tienen o pueden tener ciertas aplicaciones didácticas disponibles para celular. Es innegable que hemos entrado, ahora más que nunca, en una era donde el campo tecnológico crece como nunca antes. Sin embargo, también es verdad que estamos en un momento donde hay un gran desinterés por la lectura. Prevalece lo visual sobre lo textual. Se privilegian las imágenes. Las películas y las series. Un profesor manda a sus alumnos a ver una película o un video en lugar de la lectura de un libro. Esto no está mal. Al contrario: los recursos están para ser utilizados. Pero es grave cuando pensamos que es lo único que tenemos. Cuando pensamos que leer es ya una actividad obsoleta, de otro tiempo.

Siempre se ha dicho que los libros son buenos, que leer es productivo. Es común en las madres, por  ejemplo, cuando ven a su hijo en casa, desocupado, prendido sobre el Playstation, o simplemente acostado, sin hacer nada, decirle: ‘‘¡Haz algo con tu vida! ¡Lee un libro al menos!’’. Incluso, hay este dicho popular que dice: ‘‘En la vida hay que hacer tres cosas: plantar un árbol, tener hijos, y escribir un libro’’.

Es una creencia.

Pero más que una creencia, algo que ignoramos, es que la lectura es una habilidad esencial. Sobre todo en etapas formativas.

Solo en España -como cita el escritor francés Michel Desmurget- el 75% de los alumnos de 13 años, ya en secundaria, no pasan el ‘‘nivel básico’’. El 51%, incluso, tienen un nivel de lectura muy bajo. No son capaces de identificar las ideas principales de los textos más simples. Únicamente, el 5% son lectores avanzados, que por ende, están al nivel de la instrucción secundaria. La respuesta a esto es muy sencilla: si no tienes una capacidad de lectura al menos decente, va a ser más complicado que puedas comprender lo que quiere decir un enunciado. Lo que dice una señalética de tránsito, y peor aún, lo que dice un político. La capacidad lectora no es una habilidad que se adquiere de la noche a la mañana, sino con el hábito.

Leer nos hace más críticos. Pero también, y quizás más importante que eso, nos hace seres más empáticos, porque a través de la lectura podemos reconocer al otro. Ilustrar esto es fácil: si ves una película de Avengers, no puedes acceder al pensamiento de los personajes. De tal manera, el malo es malo y el bueno es bueno porque sí. En cambio, si leyeras la misma película hecha novela, en ella se narrarían también sus pensamientos. Su forma de sentir. Entonces podrías comprender por qué en la ficción, así como en la vida real, hay personas buenas, y hay personas malas. Qué los motiva  a hacer lo que hacen. A ser como son.

Leer nos enseña sobre las diferencias. Nos enseña que el mundo no gira alrededor nuestro, y que así como nosotros pensamos de una determinada manera o tenemos ciertas creencias, tanto al otro lado del mundo, como a la vuelta de la esquina, puede haber alguien diferente a nosotros, que debemos respetar.

Leer nos enseña a convivir.

Leer nos permite vivir en comunidad.

Mejor.