Lo que vi en España

Martín Riofrío Cordero

En abril del 2023, estuve una semana en Madrid y en Barcelona junto con varios escritores ecuatorianos. El motivo fue una gira de promoción de la editorial Cadáver Exquisito, que con sus autores: Ernesto Carrión, María Paulina Briones, Andrea Crespo, Jorge Martillo, y Eduardo Varas, buscaba, además de dar a conocer su catálogo, reflexionar sobre la literatura ecuatoriana en el país ibérico. Yo fui como encargado de prensa y logística. El resultado fue muy bueno. Fuimos a algunas de las librerías más importantes de estas dos ciudades, con conversatorios y recitales, y tuvimos excelente acogida.

En esta ocasión, hablaré de dos cosas que vi en España en torno al tema del libro y la cultura.

La primera me saltó a la vista en la librería Tipos Infames de Madrid. Estaba viendo libros junto a mis compañeros de viaje, cuando de repente, se me acercaron unos chicos. Eran tres, todos bastante jóvenes. Yo había decidido ya llevarme un libro que había estado buscando desde hace tiempo: ‘La tentación del fracaso’, los diarios de Julio Ramón Ribeyro. Al verme con él en la mano, uno de ellos me hizo una propuesta. Me preguntó, con timidez y cuidado, si podía comprarle el libro a él. Yo pensé que se trataba de una broma, o quizás de una estafa. Me reí, y con el habitual desparpajo de la costa ecuatoriana, se me salió un: ‘¿Qué eres loco?’. Entonces, me explicó que no se trataba de ninguna tomadura de pelo. Que el gobierno español daba a los jóvenes algo llamado ‘bono cultural’ para comprar libros o gastar en actividades culturales. Maravillado con la idea de que una cosa así fuera posible, acepté. Compró el libro, y a la salida de la librería, le di el dinero. Eso fue todo. Pese al mal uso que hicieron ellos del bono, pensé: ‘‘Qué gran idea para el Ecuador’’.

Lo segundo que llamó mi atención fue el precio de los libros. Eran, incluso con el cambio de dólares a euros, mucho más económicos que acá. Ninguno de ellos, en su mayoría, sobrepasaba los 20 euros. Como caro, encontrabas libros a un precio de 25 o 30 euros. Esto es muy diferente a nuestro país, donde por norma casi general, los libros suelen tener un valor de 20 dólares en adelante. Ahora, es comprensible. España es un país productor de libros. Ecuador no. Nosotros importamos. Todo libro de editorial extranjera que se encuentra en las librerías locales, ha sido impreso en el exterior. Eso encarece el precio de los libros, indudablemente.

Tomando en cuenta estas dos observaciones, creo que incluso por el momento en que vivimos, sería de vital importancia en el Ecuador hacer algo al respecto. El Estado no apuesta por la cultura, y mucho menos por que llegue a los jóvenes en situación precaria. Y los libros, el teatro, el cine, son actividades culturales cruciales para el desarrollo moral, intelectual, y educativo de un pueblo. ¿Por qué no dar, aunque sea mínimo, un bono cultural a los jóvenes del Ecuador? ¿Acaso el poder de la lectura, del cine o del teatro no impediría que muchos de ellos ingresen en los GDOs? ¿Por qué no plantearse, para abaratar el costo de bienes culturales como el libro, hacer alguna reforma en el tema tributario para la importación de artículos de arte? La cultura, de este modo, que muchos llaman elitista, sería más accesible para todos. Sobre todo, para los más necesitados, que son quienes se llevan la peor parte de toda esta situación.

Manos a la obra.