“Buenismo” internacional

Manuel Castro M.

En Venezuela, Maduro ha escogido los candidatos de la oposición para las elecciones del próximo julio. No sorprende la exclusión de María Corina Machado como candidata, mediante su inhabilitación, y  Corina Yori, quien contaba con el respaldo total de Machado, también ha sido excluida, mediante artimañas tecnológicas. Los candidatos a los que se ha permitido su inscripción, Rosales y Márquez, son “potables” a Maduro, de quien, se puede asegurar, será elegido en las próximas elecciones. Tales hechos confirman a Venezuela como una dictadura, posiblemente perpetua.

Los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, expresan su “grave preocupación” por tales exclusiones, pues el proceso electoral “se ha desvirtuado por completo”. El gobierno de Venezuela ha hecho caso omiso de los convenios de Barbados, en los que se acordaron elecciones libres. Hasta Colombia, a través de Cancillería, y Brasil, se han sumado, con esguinces por supuesto, a tales preocupaciones. Votaciones, no elecciones, que serán una farsa y la demostración de que Maduro, Ortega, Diaz-Canel, son ajenos al sistema democrático. De AMLO, en México, no se puede esperara nada bueno. De Chile sorprende su silencio. Es la solidaridad ideológica que les impide ser honestos y apegados al derecho.

El ”buenismo” internacional impide condenas y acciones apegadas al Derecho Internacional y a la Carta de Conducta Democrática vigente. Creen que los dictadores van a enmendar y que por temor a ciertas medidas económicas se van a volver democráticos. Estados Unidos es el único país que en la práctica adopta medidas contra Venezuela. La Unión Europea y otros organismos internacionales se quedan en las consabidas “preocupaciones”. La izquierda correcta de puro “buena” no tiene ninguna actitud firme, es obsecuente con las dictaduras.

China, Putin, son aliados políticos evidentes de los gobiernos antidemocráticos de Latinoamérica. Nos tienen como “clientes”, para sus ventas y comercio, nada más.  Si no han condenado al gobierno peligroso, represor y criminal de Corea del Norte, sustentado en una ridícula dinastía con poder nuclear, peor lo van a hacer con las dictaduras en América Latina.

Si el mundo no ve la realidad y sigue soportando a caudillos y gobernantes dictatoriales, pronto habrá más de aquellos. Claro que hay la “intención”, no la “acción”, de que desaparezcan tales engendros, pero como dice Francois Maurois: “Todo deseo estancado es un veneno”.