Legitimar la Democracia

Ha triunfado la democracia sobre el populismo. La mayoría de electores ha puesto fin a 14 años de gobiernos que sumando errores, sin dolor de corazón ni propósito de enmienda, dejan al país en una situación de postración de las peores de su historia.

Autoritarismo, abuso del poder, irrespeto a la independencia de las funciones del Estado, corrupción, improvisación, ineptitud y prepotencia tenían al país, para el año 2019, en condiciones de alto riesgo. Llegó, en estas circunstancias, el flagelo de la pandemia y fue el acabose. Todos los problemas se magnificaron y se desnudaron las peores prácticas de la vieja politiquería que convierte al Estado en botín para el reparto.

Este es el panorama en que Guillermo Lasso, luego de superar grandes dificultades, llevando estoicamente las exigencias de la dura campaña, va a asumir la presidencia. Está en sus manos la responsabilidad de reivindicar al sistema democrático y demostrar que se puede, en un modelo de libertades, superar las viejas taras de la injusticia social que afectan a grandes sectores sociales, que viven en pobreza y pobreza extrema. Esta vez y en las graves condiciones que vive el país, no le puede fallar la democracia al pueblo ecuatoriano o, nuevamente defraudado, volverá los ojos a los caudillos carismáticos e irresponsables que ofrecen soluciones mágicas que jamás van a poder realizar.

Es importante que el Presidente electo haga una lectura correcta de la situación. Él conoce muy bien que las fuerzas partidarias, que le dieron el apoyo inicial, apenas alcanzaron un 19,7% de los votos, y que sus electores de la segunda vuelta llegaron al 52,5%; esto es, 32 puntos porcentuales más de los iniciales; por lo tanto, debe sentirse en libertad de gobernar sin ataduras partidarias. Sería una buena decisión si los partidos Socialcristiano y CREO le dejan en libertad para organizar y liderar su equipo de gobierno. Por otra parte, es una realidad que un 47,5%% votó por la opción de Andrés Arauz. Por tal razón, su discurso de unidad y cohesión nacional, para enfrentar la crisis social, moral y económica, tiene que hacerse realidad. Suerte al nuevo Presidente, su éxito será el de todos los ecuatorianos.