Las vacunas

Rodrigo Contero Peñafiel

 Los procesos de vacunación han sido efectivos para terminar con patologías importantes. Recientemente, el esfuerzo científico por fabricar vacunas para enfrentar la COVID-19 ha tenido resultados positivos. Enfermedades que se transmitieron por miles de años, cobraron la vida de millones de personas. En el caso de la viruela, la OMS a partir de 1967 lanzó un plan definitivo que ha logrado erradicar a través de las vacunas que dan protección física y mental a la humanidad.

Cierto es que ha existido mucha reticencia a la vacunación en determinados estratos de la sociedad, por dificultades socioculturales que han generado un rechazo a la medicación. Algunos países empobrecidos y la movilidad en tiempos de guerra han facilitado la proliferación de ciertas enfermedades que terminaron con la vida de mucha gente. En la lucha contra la COVID-19, las vacunas han sido una herramienta fundamental para proteger a la población. Los científicos recomiendan un refuerzo anual de la vacuna bivalente ante la variante Ómicron y evitar su propagación; es necesario entonces tomar las precauciones necesarias para evitar más muertes.

Todos los científicos coinciden en que las vacunas tienen resultados favorables, enfrentando y preservando las defensas naturales del cuerpo humano para reconocer y combatir los virus o bacterias que lo atacan, previniendo y protegiendo de las enfermedades a las personas que han sido inmunizadas y disminuyendo las probabilidades de contraer la enfermedad o de contagiar a otras personas. Las vacunas son herramientas de gran poder para prevenir enfermedades.

Mucha gente tiene miedo a vacunarse porque suponen efectos secundarios de las vacunas o dudan sobre su eficacia. La falta de información, un exceso de falsedades o una concepción ideológica negativa, induce a negar la evidencia científica cuya eficacia ha sido comprobada por quienes ponen en riesgo su propia vida y la de su familia. El miedo es irracional y la ansiedad debe ser tratada por un equipo multidisciplinario de salud que permita generar estados emocionales positivos. Tener confianza en los avances de la ciencia y ser solidarios es la mejor manera para evitar su rebrote.