Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan

Milica Pandzic

Las historias de infidelidades han sido comunes en nuestras vidas. Todos conocemos el caso, sino es propio, de una mamá, o de una amiga, que tuvo que vivir y sufrir la infidelidad de su pareja, o incluso, más gravemente, de quien habían elegido ya como su compañero de toda la vida. Y aunque las infidelidades no son propias de un solo género, el enfoque de estos días -a raíz de la última canción de Shakira– ha sido cómo las mujeres pueden enfrentar y superar la infidelidad de su pareja.

“Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”, responde Shakira, en una canción que ha sido tanto aclamada como criticada. Muchas la consideran una respuesta banal, mientras otras la consideran un nuevo lema del empoderamiento femenino. Y es que, aunque en la mayoría de versos, Shakira canta desde una perspectiva personal; en esta frase no está hablando solo de ella, sino de todas las mujeres que viven o han vivido una situación similar.

No es cosa menor hablar de las posibilidades que existen hoy para que una mujer siga creciendo después de una infidelidad —algo que antes era sumamente difícil—. Las expectativas sociales que empujaban a las mujeres a casarse, y a dejar los estudios o su carrera profesional luego del matrimonio, hacían que una infidelidad no solo significara para ellas una ruina emocional, sino también, que el divorcio significara una ruina económica; lo que generalmente las obligaba a mantenerse en dichas relaciones hirientes.

La independencia económica juega un rol fundamental para que las mujeres podamos  terminar y superar relaciones disfuncionales, con parejas infieles o incluso agresoras. Nos brinda el poder de decisión en el momento que más lo necesitamos. Y aunque quede mucho por reconstruir sentimentalmente, Shakira nos recuerda que, incluso después de una infidelidad, podemos escoger vivir bajo nuestros propios términos.