La política

Rodrigo Santillán Peralbo

Suele afirmarse que la política es el ejercicio del poder con el objetivo de servir a los pueblos para satisfacer sus intereses y necesidades, pero hay políticos —en el sistema capitalista— que mienten y engañan con descaradas ofertas para conseguir votos que les permitan alcanzar una determinada función pública que encumbre sus egos, y, desde la desmemoria, burlarse de los ciudadanos que confiaron en falsas promesas.

Un político demagogo es un especialista en la mentira pública, que es una forma de ejercer el poder que comienza en la campaña electoral. El candidato sostiene la mano del ciudadano, sonríe en cada paso, saluda a diestra y siniestra, tiene respuesta para todas las preguntas. Todo vale para alcanzar su objetivo de acceder a un cargo público mediante el voto ciudadano. Naturalmente que hay políticos que anhelan cumplir con su palabra, que demuestran honestidad y elevada responsabilidad, pero lamentablemente son las excepciones.

Es indispensable que el ciudadano no desperdicie su voto, es decir que tenga plena conciencia del valor del sufragio en las próximas elecciones seccionales que se efectuarán el 5 de febrero del 2023 para designar 23 prefectos, 23 viceprefectos, 221 alcaldes, concejales urbanos, concejales rurales y vocales principales de las juntas parroquiales. El desarrollo de parroquias, cantones y provincias dependerá del voto personal que contiene una mínima carga ideológica para que escoja entre el conservadurismo de las derechas o la implementación de cambios que propone la izquierda.

Las elecciones del 2023 serán una especie de ensayo para las elecciones que deben realizarse en el mes de enero del 2025 en las que se elegirán presidente, vicepresidente y asambleístas. El pueblo escogerá entre el cambio o el conservadurismo.