La “basuraleza”

Doña Sofía, la reina emérita de España, en Madrid ha estado en el Barranco del Prado, con mucha predisposición y diligencia, guantes y vestido deportivo apropiado para la ocasión, como una voluntaria más, recogiendo residuos olvidados o botados a propósito.

Esta alta exponente de la nobleza europea, ha demostrado con esta forma de actuar su compromiso en preservar a natura, una de las acciones más recomendables en la era contemporánea, ante los atentados que, directa o indirectamente, sufre el hábitat de los seres humanos, lo que amenaza a su propia existencia ante el deterioro ambiental del planeta.

Hecho ejemplar el de doña Sofía. Sin duda, motivará al resto de la comunidad, sin importar el nivel social y económico en que se hallen las personas, a brindar su colaboración de beneficio individual y social.

Este proceder se inscribe en acertadas campañas ecológicas en contra de lo que ya se denomina “basuraleza”, es decir los residuos que los seres humanos colocan en la naturaleza, consciente o inconscientemente, lo que altera el equilibrio de los ecosistemas, contamina y afea los paisajes, atenta a la vida animal y vegetal, con serias repercusiones en la humanidad.

Organizaciones ambientalistas ya han propuesto  a la Real Academia de la Lengua que apruebe el uso de este término, como sinónimo de abandono de basura, lo que trae implícita la necesidad de proceder a su limpieza. De aceptarse este pedido en trámite y una vez que conste la palabra en el Diccionario se habrá dado un paso efectivo  en lo concerniente a la educación ciudadana en esta área que merece trato prioritario.

Pronto tendremos, en la lengua española, el nuevo e importante término “basuraleza” oficialmente aceptado, aunque ya se lo viene utilizando cada vez con mayor frecuencia.