El año de la fiscal

Kléber Mantilla Cisneros

Para gran parte de los ecuatorianos, la mujer símbolo del 2023 es Lady Diana Salazar Méndez por su lucha valiente, decidida y patriótica contra la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico. La investigación técnica y los operativos del caso Metástasis merecen una evaluación neutral sin sesgos ideológicos, pues se trata de un intento por desmantelar el narco-estado; y, en algo, depurar las instituciones del país.

Más allá de convertirse en el relato de una cadena de hechos delictivos de la mafia de Leandro Norero y sus acólitos, la acción del poder del narcotráfico y la compra de una red de funcionarios corruptos, está la representación heroica de una autoridad afroecuatoriana para enfrentarse a diferentes retos y entornos confusos. Desde el soborno a policías, fiscales y jueces, a la corruptela galopante de ex presidentes, alcaldes, prefectos, periodistas y hasta futbolistas; todos, confabulados con un grupo criminal peligroso. Hoy, identificable en calles, cárceles, cortes de justicia, mandos medios ministeriales, universidades, embajadas y en las esferas parlamentarias.

Diana Salazar podrá tener detractores por cierta selectividad y demora en la investigación policial León de Troya y el entorno de la mafia albanesa, que desencadenó el caso Encuentro de Guillermo Lasso; o, la indagación Ina Papers, en torno a paraísos fiscales de Lenin Moreno, que más tarde desató el caso Sinohydro y las irregularidades en la construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, sin embargo, hay que evaluar el desenlace de los sonados casos: ‘FIFA Gate’, Odebrecht y Sobornos. Luis Chiriboga y Jorge Glas presos a medias; mientras Rafael Correa, prófugo alucinado.

En sí, la quema del muñeco de ‘año viejo’ implica un ritual de purificación y olvido. Quizá, el ocaso del correísmo depredador y el final del maridaje entre socialcristianos y los de la ‘revolución ciudadana’. En cambio, la tradición y la sabiduría popular exigen una dosis de esperanza y fraternidad. Una protagonista real que dignifique la justicia y que detenga el flagelo de la impunidad. Una fiscal representante de la biodiversidad, de lo multiétnico, de lo cultural, y del sobresaliente talento humano ecuatorial.

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