El gobierno del ‘Nuevo Ecuador’

José Alvear

Empezó la era del ‘Nuevo Ecuador’; del gobierno que se autodenomina de propuestas sin ataques. Entre sus primeras acciones están: la eliminación de la tabla de consumo de drogas y la delegación a su vicepresidenta, Verónica Abad. Ella, por mandato presidencial, deberá viajar a Tel Aviv y realizar los esfuerzos necesarios para conseguir la paz en el conflicto entre Israel y el pueblo palestino; una estrategia del presidente Daniel Noboa para mantenerla lejos. Sin embargo, Abad podría sacarle provecho a la misión internacional y hacer que le resulte favorable.

El nuevo gobierno recibe un país quebrado. Con cifras alarmantes: tan solo $184 millones en la cuenta única del Tesoro, atrasos en pagos por $2.782 millones, un déficit que supera los $5.000 millones, además, de una deuda total de más de $63.000 millones. Esto, gracias al pésimo manejo de los recursos del Estado durante el gobierno de Guillermo Lasso.

Este gobierno debe reaccionar ante la crisis energética.  La debutante ministra Andrea Arrobo no solamente tendrá que presentar un plan para salir de la crisis lo antes posible, sino que deberá conseguirlo al menor costo para los ecuatorianos.

Debe, además,  revisar las cuestionadas políticas en materia energética emitidas por el exministro del ramo,  Fernando Santos Alvite, y por el gerente de Celec, Gonzalo Uquillas. Dos funcionarios que deben ser llamados a juicio político por el Legislativo y también que responder ante la ley  por sus acciones; entre ellas, las compras en las que habría sobreprecio y las supuestas concesiones a dedo, sin licitaciones ni informes del Ministerio de Finanzas.

¿Qué hacer? Debemos empezar a mirar a la empresa privada como aliada, no como enemiga. Hay que dar certezas al empresariado para que invierta y apueste por los proyectos nacionales. Ese es un camino para lograr la transición de combustibles líquidos a gas natural (energía limpia y más barata),  ya que, para hacerlo es necesario invertir en un terminal de regasificación y almacenamiento de gas.

La iniciativa fracasó durante el gobierno del expresidente Guillermo Lasso porque dicha administración no fue coherente con la dimensión, en cuanto a montos y al riesgo del proyecto, lo que generó desconfianza en los inversionistas. Así, Ecuador, una vez más, no pudo avanzar con energía barata hacia el progreso y la competitividad del mundo globalizado.

Es momento de abrir las puertas a los inversionistas y para eso el gobierno de Daniel Noboa debe dar confianza al sector privado para trabajar en megaproyectos. Esto, lo ayudará a cumplir una de su principal promesa de campaña: la generación de empleo.